Se derrumba uno de los accesos a la ciudad de Cuenca

La hora del desayuno ha salvado la vida a los cuatro obreros que este miércoles estaban trabajando en la ciudad de Cuenca en las obras de renovación de la calle que une las populares Casas Colgadas con el Puente de San Pablo. La calle, de unos 20 metros, se ha venido abajo y esta circunstancia ha evitado que cayeran al vacío sobre el río Huécar.

Es el principal acceso peatonal a esta parte del casco antiguo de Cuenca que desde el pasado 26 de abril estaba cortado al tránsito de personas y vehículos reparar los desperfectos provocados por unas fugas en la red de saneamiento de agua que habían originado el desplome del muro de mampostería de la calle en septiembre de 2019 y que ya en aquella época obligó a cerrar la zona. En concreto, los operarios que han sentido el enorme estruendo cuando desayunaban estaban sustituyendo el colector de saneamiento y reponiendo el pavimento con una máquina que ha caído hasta el fondo del barranco.

A raíz de este suceso cuyas causas se están investigando, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha pedido a los vecinos y turistas que no se acerquen a los aledaños de las Casas Colgadas para evitar daños. «Ahora los bomberos van a centrarse en los trabajos de saneamiento de los elementos que todavía corren peligro de desprenderse», informó el alcalde, quien también subrayó que las tierras que sustentaban la calle eran de relleno. Para abordar la nueva situación, el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, organismo del que forman parte el Gobierno central, el Ayuntamiento de Cuenca, la Junta de Castilla-La Mancha y la Diputación Provincial de Cuenca, reunirá este jueves a su Comisión Ejecutiva que ha sido convocada por la vía de urgencia.