La desgarradora confesión de Rosa Peral desde la cárcel: «Vivo esperando la muerte»

Hace un par de meses se estrenó la serie de Netflix 'El cuerpo en llamas' y el nombre de Rosa Peral volvió a sonar con fuerza en la esfera pública. La catalana cumple 25 años de prisión tras ser declarada culpable por el asesinato de Pedro R., también agente de la Guardia Urbana, sentencia confirmada por el Tribunal Supremo (TS). Albert López, que formaba el triángulo implicado en el crimen, fue condenado a 20 años de cárcel.

Ahora, la coautora del conocido 'Crimen de la Guardia Urbana' ha hecho unas declaraciones al escritor Carlos Quíez que figuran en su libro 'Condenados relatos'. Ha mantenido que no fue la responsable del crimen por la que está ingresada en prisión: «Soy inocente de urdir ningún plan con el impresentable del asesino de mi pareja (Albert, con el que también tuvo una relación). Inocente, incluso, de desearle tal cosa ni siquiera a mi peor enemigo. Mucho menos a Pedro, que apostó por mí».

También se ha mostrado muy crítica y contundente con la opinión pública y el trato que le han dado los medios de comunicación. «La justicia no existe», ha comentado. Además, ha recordado que incluso en la época romana las autoridades «entretenían con obras cómicas» a la población «cuando había batallas a las puertas del pueblo».

Sostiene que con todo el éxito de la serie 'El cuerpo en llamas' y todo el revuelo que generan este tipo de relatos, las televisiones no hacen más que apostar por el sensacionalismo. La catalana ha lamentado que Albert, también condenado, pueda salir antes de prisión: «No soy ninguna asesina. Él pronto podrá tener permisos y yo seguiré envejeciendo sola en prisión. Le ha salido bien la jugada, él sabía que en prisión no sería de nadie«. Cabe recordar que su condena la terminará de cumplir en el año 2042, cuando tenga 61 años, pero esa no es necesariamente la fecha en la que abandonará la prisión. Una estancia en la cárcel que, hasta la fecha, ha estado marcada por las polémicas.

«Todo lo que ha pasado no me hace pensar en nada positivo. De hecho, no creo que salga viva de prisión. Sólo quiero dormir. Ni me ducho, ni me cambio de ropa. Vivo sin esperanza, esperando la muerte«, ha confesado la que fuera guardia urbana.

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