Carlos, uno de los agentes medioambientales de la Generalitat, en la investigación de un incendio LP
Los oficios del verano

Los detectives con mil ojos contra los incendios

Carlos Visera | Agente medioambiental ·

Los agentes medioambientales de la Generalitat pasan el verano con especial atención a los fuegos y a la vigilancia marítima

M. Hortelano

Valencia

Jueves, 29 de agosto 2024, 23:51

-¿Qué es lo mejor de trabajar en esta época del año?

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Poder prevenir los incendios

-¿Y lo peor?

Los golpes de calor

Si hay una profesión especialmente importante durante los meses veraniegos, esa es la de agente medioambiental. Ellos y ellas son los ... encargados de vigilar los montes y zonas verdes, para tratar de evitar los incendios accidentales o provocados. Y en caso de que se produzcan, poner en marcha cuanto antes la cadena que permite extinguirlos a la mayor brevedad posible. Pero también, con el fuego ya sofocado, investigar las causas que permitirá determinar su origen.

Carlos Visera es agente ambiental de la Generalitat desde hace 27 años: 17 investigando las causas de los incendios y casi diez en el grupo de intervención en altura, en zonas de difícil acceso. Teniendo en cuenta que el verano es el periodo con mayor probabilidad para que se origine un incendio forestal, es también la temporada alta de trabajo de estos agentes, que son funcionarios públicos, pero con carácter de agentes de la autoridad y policía judicial. Por eso, sus tareas de vigilancia, control de actividades prohibidas, investigación de causas, colaboración en la extinción o conservación de parajes, se tornan de suma importancia para todos. Expuestos a altas temperaturas durante todos los meses de mayor calor, tienen un catálogo muy variado de funciones. Además de las ya citadas, dependiendo de la zona geográfica y la provincia, velan también por que las subvenciones públicas para actividades forestales y de prevención se lleven a cabo. O para la recogida y atención de animales salvajes heridos o electrocutados.

Este año, también, los agentes medioambientales del Consell han comenzado con el servicio de vigilancia marítima, que se desarrolla dentro de los espacios naturales protegidos. Y en este caso, Carlos trabaja en la zona de Dénia, donde compagina el trabajo de despacho con las salidas a la naturaleza, en caso de que haya que inspeccionar los restos de un incendio. Pero también para informar a los usuarios del medio marino sobre las reservas marinas, el control de los espacios protegidos o el control de vertidos. También la vigilancia de las embarcaciones para evitar el fondeo en praderas de posidonia, el control de acampadas o fuegos en las calas y playas y las denuncias en caso de que sean necesarias.

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Pero, la parte crucial del verano es para la vigilancia de los incendios. Por eso en estos meses no se pueden tomar vacaciones. Sí alguna semana suelta, pero siempre tiene que haber un mínimo de agentes. «Si desgraciadamente se llega a producir un incendio forestal se nos moviliza en despacho automático par incorporarnos al Puesto de Mando Avanzado (PMA) y colaborar en la extinción del incendio, toma de datos para el parte de incendios y realizar las indagaciones oportunas para tratar de averiguar la posible causa del incendio», cuenta. Otras funciones, como el control de vertidos, protección de la fauna y flora o los informes de gestión ambiental se realizan durante todo el año.

Carlos trabaja ahora en el grupo de investigación de incendios forestales, donde tiene que localizar el punto o puntos de inicio de un incendio, determinar la actividad que lo ha originado y averiguar quién ha cometido el delito, en caso de que haya sido intencionado.Además, los agentes medioambientales tienen que acudir a los juicios para ratificar las pesquisas de las investigaciones que han llevado a cabo.

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Un trabajo de todos

El trabajo de estos agentes es duro, sobre todo en esta época, y no sólo por las altas temperaturas. Es que tienen que estar con un altísimo nivel de atención sobre el terreno. «Vamos desarrollando un estado de alerta que te mantiene vigilante y concentrado en las áreas de tu trabajo», explica Carlos. «A menudo se cree que pasamos horas oteando el horizonte, pero esa imagen bucólica nada tiene que ver con la realidad. Por los escasos medios y la abundancia de trabajo, nuestro ritmo no deja tiempo para esperas», dice.

Pero también tiene su cosas positivas. «Siendo un trabajo vocacional, lo mejor es el contacto permanente con la naturaleza y observar todos los seres vivos que la pueblan. Es muy satisfactorio trabajar en su conservación, que es una tarea que requiere el compromiso de todos», cuenta.

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