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Clara Alfonso
Valencia
Martes, 23 de enero 2024, 01:15
Todos tenemos costumbres o manías. Dormir siempre en el mismo lado de la cama, revisar que las luces están apagadas antes de salir de casa, leer un libro con música de fondo... las posibilidades son infinitas. De hecho, como seres únicos que somos, en muchas ocasiones tenemos comportamientos que hacemos de forma automática, sin pararnos a pensar por qué. Sin embargo, es clave recordar que, en ciertos contextos, esas peculiaridades pueden hacer el día más complicado a quienes están al otro lado de la barra.
Uno de los sectores que más paciencia deben tener con sus clientes es el de la restauración. Los camareros, que están en contacto con decenas de personas distintas a diario, acostumbran a lidiar con las actitudes que tienen los comensales y que no siempre son las más adecuadas. Desde coger la bebida de las bandejas hasta sentarse en una mesa sin consentimiento, estos son los comportamientos que más pueden molestar al personal de servicio de un restaurante:
• Llamar constantemente al camarero. Insistir de manera excesiva para llamar la atención del camarero puede resultar molesto y afectar la dinámica de servicio, especialmente en momentos de alta demanda.
• Sentarse en una mesa sucia antes de que pueda recogerla. Optar por una mesa sucia sin permitir al personal limpiarla primero puede causar retrasos y afectar al resto del servicio.
• No leer la carta antes de preguntar. Hacer preguntas sobre el menú sin revisarlo primero puede resultar frustrante para el personal, que está disponible para ayudar, pero también tiene otras responsabilidades.
• Coger la bebida de la bandeja. El hecho de coger la bebida directamente de la bandeja del camarero sin esperar a que la coloquen en la mesa, puede hacer que se desestabilice y que caiga al suelo todo lo que lleva sobre ella.
• Ser maleducado. Adoptar una actitud maleducada hacia el personal afecta el ambiente y la calidad del servicio, creando una experiencia negativa para todos.
• Echarle la culpa al camarero por la comida. Culpar al camarero por problemas con la comida, que a menudo están fuera de su control, no solo es injusto sino que también puede generar tensiones innecesarias.
• Pedir algo que no está en carta. Solicitar un plato que no forma parte del menú puede complicar la dinámica de la cocina y afectar la calidad del servicio.
• Dejar que los niños corran y griten por el local. Permitir que los niños corran y griten sin control afecta la experiencia de otros comensales y crea un ambiente inapropiado en el establecimiento.
• No dar propina. Hay quien se lo toma como una especie de desperdicio al servicio prestado.
• Tardar mucho en pedir la cuenta. Retrasar la solicitud de la cuenta, especialmente en momentos de gran afluencia, puede generar tensiones y afectar la rotación de mesas en el establecimiento.
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