Disneyland París recupera hoy su espectáculo más premiado

Un 12 de abril de 1992 Disneyland inauguró en París su primer parque de atracciones en Europa. Tres décadas después celebra por todo lo alto su 30 aniversario con un éxito de actividad y público y con varias novedades que coinciden con la culminación de un año de celebraciones extraordinarias.

Aprovechando un cumpleaños tan especial, desde este 12 de abril vuelve Disney Dreams!, un increíble espectáculo nocturno que fue premiado como el mejor espectáculo de los parques de atracciones en 2012 con el Premio IAAPA Brass Ring.

El espectáculo se celebra en Central Plaza, en el área de Main Street, a las 23 horas, y tiene una duración de 20 minutos. En él, la sombra de Peter Pan guía a los visitantes en un recorrido por los mejores momentos de los clásicos Disney que cobran vida como por arte de magia con espectaculares fuegos artificiales, fuentes y chorros de agua y mágicos efectos especiales proyectados sobre el Castillo de la Bella Durmiente.

El cielo del Parque Disneyland se ilumina y se llena de magia, y permite revivir las historias favoritas de Disney y Pixar, como Peter Pan, El Rey León, La Bella y la Bestia, Ratatouille o Brave, entre otras muchas,

La idea de Disneyland Paris nació después del éxito de Disneyland en California y de Walt Disney World en Orlando, Florida. En 1983 se abrió el Disneyland Tokio en Japón y un año después, en 1984, se planteó el desembarco en Europa.

Inicialmente se elaboró una lista de 1.200 localizaciones europeas posibles para el parque. En 1985 las candidatas eran seis: dos en Francia y cuatro en España. Eran los dos países más turísticos y ofrecían un clima más propicio y agradable, en especial el de España, muy similar al de California. Las localizaciones españolas estaban situadas en el triángulo Oliva (Valencia) - Pego (Alicante) - Denia (Alicante), así como en Salou (Tarragona), donde actualmente se encuentra el complejo de ocio PortAventura World.

Sin embargo Disney se decantó con Francia por su proximidad al resto del continente y barajó dos opciones: Marsella y París. Finalmente, fue elegida la ciudad rural de Marne-la-Vallée, debido a su proximidad a París y a su localización central dentro de Europa Occidental: estaba a no más de cuatro horas de carretera para 68 millones de personas y a no más de dos horas de vuelo para 300 millones más.

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