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EFE
MADRID
Sábado, 20 de junio 2020
Un eclipse anular de Sol o «anillo de fuego» dará la bienvenida al verano, que comenzará el próximo 20 de junio a las 23:44 minutos hora peninsular y que estará marcado a lo largo de la estación por la presencia de cuatro planetas: Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
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El eclipse anular solar tendrá lugar el 21 de junio, justo un día después del solsticio de verano, y se podrá divisar de forma parcial desde las 03:45 GMT (las 5:45 en España) en una franja que recorrerá África Central, la Península Arábiga, Pakistán, India y China, según cálculos facilitados por el Observatorio Astronómico Nacional (OAN). En España no se podrá visualizar.
En un eclipse de estas características, la Luna pasa directamente por delante del Sol, pero no lo cubre completamente, creando la apariencia de una aureola brillante alrededor de ella, aunque apenas tenga unos minutos de duración.
Durante la estación se producirá otro fenómeno astronómico, un eclipse penumbral de Luna -visible en la mayor parte de América, oeste de Europa (incluida España) y África- que se producirá días más tarde, en concreto el 5 de julio, con una duración aproximada de casi 5 horas.
El 2020 será un mal año para la observación de las Delta Acuáridas, puesto que su momento de máxima actividad será dos días después de la luna llena (el plenilunio tendrá lugar el día 27 de julio), aunque será un buen año para observar las Perseidas, pues sucederán cuando la Luna esté en fase menguante.
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El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del verano, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más boreal.
El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Norte (+23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia. A esta circunstancia se la llama también solsticio ('Sol quieto') de verano. En este instante, en el hemisferio sur se inicia el invierno.
El inicio del verano puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas del calendario (del 20 al 22 de junio). A lo largo del siglo XXI, el verano se iniciará en los días 20 y 21 de junio (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003.
Desde el Observatorio señalan que, a finales de la estación estival, hacia el 6 de septiembre, se producirá además una ocultación al amanecer del planeta Marte por la Luna, visible en el sur de España.
Respecto a los planetas que dominarán la estación, en las primeras horas del día del verano será fácil contemplar Venus y Marte, mientras que Júpiter y Saturno brillarán casi toda la noche al principio del estío, pasando a ser visibles únicamente al anochecer a mediados del mes de julio.
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El 20 de junio, coincidiendo con el inicio estacional, será el día más largo, y, por ejemplo, en ciudades como Madrid esta duración se prevé de 15 horas y 3 minutos, datos muy alejados de las 9 horas y 17 minutos del día más corto (21 de diciembre).
A lo largo del verano habrá cuatro fases de Luna Nueva -21 de junio, 20 de julio, 19 de agosto y 17 de septiembre-, y, con respecto a la Luna Llena, la primera se verá el 5 de julio seguida de otra el 3 de agosto y de una más el 2 de septiembre.
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Las dos lluvias de meteoros más importantes de la estación, las delta acuáridas, alcanzarán su máximo hacia el 30 de julio, y las populares perséidas, hacia el 12 de agosto; en cuanto a las constelaciones, en esta estación resalta la franja blanquecina que forma la Vía Láctea.
Al caer la noche, lucirán las estrellas más brillantes, y será fácil identificar el «triángulo de verano» formado por Altair de la constelación del Águila, Deneb de la constelación del Cisne y Vega de la constelación de la Lira.
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Alrededor de la estrella Polar, se verán a lo largo de la noche las constelaciones de Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas.
También serán visibles de este a oeste, Pegaso, el Águila, la Coronal Boreal y la Cabellera de Berenice. Cerca del horizonte se podrán observar a lo largo de la noche algunas de las constelaciones zodiacales, de la Virgen a Acuario, esta última ya casi al amanecer.
Por estas fechas, se produce el máximo alejamiento anual (afelio) entre la Tierra y el Sol y en este año, la distancia máxima se prevé para el 6 de julio, a algo más de 152 millones de kilómetros, unos 5 millones de kilómetros más que en enero, cuando la distancia al Sol alcanza su mínimo.
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A lo largo del siglo XXI, el verano se iniciará entre el 20 y 21 de junio (fecha oficial española) siendo su inicio más temprano el del año 2096 y el más tardío el de 2003; las variaciones de un año a otro son debidas a la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol(conocida como año trópico) al encajar en la secuencia de años bisiestos del calendario.
El día del solsticio de verano, que este año es el 20 de junio, corresponde al de más horas de luz del año. Como ejemplo, en Madrid esta duración será de 15 horas y 3 minutos, a comparar con las 9 horas y 17 minutos que durará el día más corto (que en el año 2020 será el 21 de diciembre), una diferencia de cerca de 6 horas.
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Esta diferencia depende mucho de la latitud del lugar, siendo nula en el ecuador y siendo extrema (24 horas) entre los círculos polares y los polos. Precisamente es por encima del círculo polar boreal donde algunos días al año alrededor del 21 de junio se da el fenómeno del Sol de medianoche, en que el Sol es visible por encima del horizonte durante las 24 horas del día.
Se podría pensar que el día con más luz del año será también el día en que el Sol salga más pronto y se ponga más tarde; pero no es así: esto es debido a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica, y a que el eje de la Tierra está inclinado en una dirección que nada tiene que ver con el eje de dicha elipse. Esto también hace que un reloj solar y nuestros relojes, basados en un Sol ficticio, estén desajustados.
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Así, el día en que el Sol saldrá más pronto será el 14 de junio, mientras que el día en que el Sol se pondrá más tarde será el 27 de junio.
La primera luna llena del verano se dará el 5 de julio, dándose las siguientes 29 ó 30 días después. En este verano se darán otras dos lunas llenas: el 3 de agosto y el 2 de septiembre.
Al comienzo del verano, Júpiter y Saturno serán visibles durante casi toda la noche, pasando a ser visibles únicamente al anochecer a mediados de julio. Al amanecer serán visibles Venus y Marte.
Por otro lado, durante el verano se puede observar el relieve de la Luna, pero con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado. Para tener una buena visión, conviene ir observando este relieve noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos.
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Cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1).
Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
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