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AnTONIO RIVERA
Lunes, 21 de agosto 2017
El eclipse de esta noche no se podrá ver en la Comunitat, pero se puede aprovechar para contar uno que sucedió en 1919 y que cambió la historia de la Ciencia.
Albert Einstein había publicado en 1915 la Teoría General de la Relatividad que daba una nueva explicación a la gravedad. Según esta, la gravedad es una consecuencia de la curvatura del espacio-tiempo producida por cualquier masa.
Para entenderlo mejor, imaginemos que el espacio-tiempo es como una sábana estirada. Si ponemos una pelota en el centro se curvará. Si ahora lanzamos una canica a través de la sábana, ésta se moverá hacia la pelota debido a la curvatura de la sábana. Si lleva suficiente velocidad, acabará dando vueltas alrededor de la pelota, como si existiera una atracción entre ambas. Esta atracción ficticia debida a la curvatura del espacio tiempo es lo conocido como gravedad.
Esta idea rompía con el concepto propuesto por Newton, en el que había una atracción a distancia e instantánea entre masas. En 1917 el astrónomo británico Sir Frank Watson Dyson concibió un experimento para determinar si Einstein tenía razón. La luz debía desviarse al pasar cerca de un objeto masivo debido a la curvatura del espacio tiempo que este produce. Y un eclipse sería el momento ideal para comprobarlo, ya que se podría ver las estrellas situadas en la proximidad del Sol.
En este dibujo podéis ver mejor el efecto producido. Sabiendo la posición real y la observada podía medirse la desviación.
Según Newton la luz debería sufrir una desviación angular de 0.87 segundos de arco, y según Einstein de 1.74 segundos.
Un eclipse total de Sol sería el momento ideal para comprobar la desviación al poderse ver las estrellas detrás del Sol. La luz de las estrellas viajaría a través del campo gravitacional del sol, y además sería visible por la oscuridad.
Frank Dyson organizó las expediciones para contemplar el eclipse que sería total en zonas del Pacífico. Una expedición encabezada por Charles Davidson a Sobral, Brasil, y otra encabezada por Arthur Eddington a Isla del Príncipe. La situación era fantástica ya que el Sol se encontraba en medio del rico cúmulo de estrellas conocidas como las Híades.
El eclipse había de comenzar a las 15:13 hora de Príncipe y duraría 5 minutos. Durante la mañana estuvo lloviendo. Justo a la hora del eclipse comenzó a clarear, y a pesar de haber muchas nubes, Eddignton disparó 16 fotografías. En Brasil las condiciones meteorológicas fueron mejores pero los resultados finales debían esperar. Las placas fotográficas de ambos lugares tenían que enviarse a Inglaterra en barco, revelarlas, medirlas y compararlas.
Hasta noviembre no se obtuvieron los resultados: en Brasil se midió una desviación de 1,98 y en Príncipe 1,6. Aunque mucho se ha especulado sobre si los resultados estuvieron bien medidos, se aceptaron, dando la razón a Einstein.
Al día siguiente Einstein fue portada de los principales periódicos mundiales. Había nacido el mito. Einstein tenía razón. Desde entonces, miles de observaciones y mediciones han confirmado la Teoría de la Relatividad General de Einstein: la materia le dice al espacio tiempo como debe curvarse y el espacio tiempo le dice a la materia como debe moverse.
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