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La matrícula se estanca en las carreras pero despega en los másteres

La matrícula se estanca en las carreras pero despega en los másteres

Las universidades mejoran sus ingresos tras años de ajustes gracias a los pagos adicionales de la Generalitat

J. BATISTA

Miércoles, 27 de enero 2016, 21:09

La matrícula en las universidades públicas ha tenido un comportamiento desigual este curso. Los grados, que han sustituido a las licenciaturas y diplomaturas, se han mantenido en parámetros más o menos similares, síntoma de que la oferta de nuevo ingreso se ha estabilizado tras la adaptación a la ordenación europea. Además, no se aprecia que el impulso de títulos -hay cuatro más tras años de contención- haya espoleado las inscripciones totales. Y eso que todos los nuevos han llenado sus puestos de sobra. Es decir, más bien se han reajustado las plazas de otras carreras de acuerdo con las previsiones reales de demanda. En cambio, los datos de los másteres apuntan a una mejora que a la espera de confirmarse en cursos sucesivos indicaría una recuperación tras la bajada en el 2012-2103, coincidiendo con la subida de tasas, que disparó el coste de cualquier estudio de postgrado.

Así se desprende de los datos facilitados por diferentes centros. En la Universitat de València disponen de 8.503 nuevos alumnos, frente a los 8.415 del 2014-2015, aunque hay que tener en cuenta que el pasado septiembre empezó el grado de Ciencias Gastronómicas con 50 puestos, que no existían el curso anterior. Restando la influencia de la nueva oferta, la diferencia sería de 38 matrículas.

También se desliza que la demanda apunta a una estabilización en los datos de la Politècnica (4.435 frente a los 4.431 del curso anterior). En este caso se ha añadido el doble grado de ADE e Ingeniería Informática, que suma 55 plazas. La diferencia sería ligeramente negativa, síntoma del reajuste citado.

En la Miguel Hernández, que ha congelado su oferta, disminuye un 1,89% (de 2.704 a 2.653), mientras que la Universidad de Alicante pasa de 5.272 a 5.485. Aunque se han ofertado por primera vez los grados de Ingeniería Robótica y Tecnologías de la Información para la Salud, con 120 puestos adicionales, es la variación más marcada del sistema.

En los másteres oficiales, la tendencia es positiva en tres de los cuatro casos analizados. En la Universitat se han alcanzado los 3.507 alumnos de nuevo ingreso, 49 más que en el ejercicio anterior y 311 más que en el 2013-2014. El salto es más acentuado en la Politècnica (de 1.809 a 2.048), mientras que en la Miguel Hernández se han ganado 74. La excepción es Alicante, que pierde 29.

En el caso de los postgrados no se puede hablar de un crecimiento en las plazas para nuevos alumnos. Más bien al contrario, pues en los últimos ejercicios todos los centros han tenido que reprogramar sus estudios tras el acuerdo con la Generalitat para fijar el mapa de titulaciones.

La tendencia ha sido eliminar títulos con escasa demanda y, sobre todo, fomentar los másteres interuniversitarios y los que en años anteriores han presentado una demanda estable, como suele suceder con los habilitantes.

La llegada de más alumnos a los estudios de postgrado tiene una doble lectura: desde la importancia de especializarse tras la carrera hasta que las dificultades para acceder al mercado prolonga el tiempo de formación. En cuanto al estancamiento de las carreras, no se puede olvidar la importante competencia que suponen los estudios superiores de FP y la penalización derivada de que las tasas continúen en su nivel más alto desde que existen los grados.

A nivel presupuestario, las universidades afrontan un ejercicio un poco menos complejo que los anteriores. Para hacerse una idea, la de Valencia prevé un aumento del 7,35% respecto a 2015 tras siete años de descensos. Por un lado se computan las mayores aportaciones ordinarias de la Generalitat para pagar una parte de la extra eliminada en 2012 y para cumplir con el 1% de incremento salarial, y por el otro se incluye el abono de 7,2 millones de la deuda histórica. En el caso de la Politècnica es un 3,11% superior, mientras que en la de Alicante se espera un aumento del 5,6% en el capítulo de ingresos por los motivos citados, sin olvidar que el convenio para el pago de la deuda también prevé la liberación de gastos financieros para las universidades.

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