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Cómo elegir el mejor colegio para tus hijos

Miles de padres se encuentran estos días con la difícil tarea de decidir un centro educativo entre la gran oferta existente. Los expertos señalan que no hay que dejarse deslumbrar por las instalaciones. «Lo importante es que estemos de acuerdo con el proyecto educativo»

Jueves, 20 de mayo 2021, 14:24

María tiene un hijo que acaba de cumplir tres años, Mateo, y ya lleva unos meses angustiada. Tiene que tomar una decisión, la de elegir un centro educativo para Mateo. «No paro de darle vueltas, pensando si voy a acertar», comenta. Y, como ... ella, hay miles de padres robándole horas al sueño en estas fechas por la misma cuestión. El presidente del Colegio de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunitat Valenciana, Enrique Castillejo, lo tiene claro: «Hay que quitarse la presión de encima porque hay mucha oferta», pero la realidad que viven las familias es que la decisión no es fácil, sobre todo porque con toda probabilidad el colegio en el que entren en primero de Infantil sea donde permanezcan, al menos, hasta los doce años, donde harán sus amigos y donde les prepararán -mejor o peor- para su futuro, ese que ahora parece tan complicado para los jóvenes.

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«No podemos llevar a nuestros hijos a un colegio religioso y luego quejarnos de que imparten religión»

Castillejo piensa que hay varios puntos fundamentales a tener en cuenta para tomar la decisión, y el primero, aunque parezca de perogrullo, es que el centro educativo defienda unos valores que coincidan con los de los padres. «No podemos llevar a nuestros hijos a un colegio religioso y luego quejarnos de que imparten religión, por ejemplo». También que facilite la vida al niño. «No tiene sentido que tenga una hora diaria de ida y vuelta en autobús». Fundamental saber de antemano el proyecto educativo que queremos, y a partir de ahí buscar con esas premisas. Castillejo cree que hay que visitar el centro, «hacer preguntas, resolver todas las dudas que tengamos». Y si ahora no se puede acceder a los colegios por las restricciones por la pandemia, pedir entrevista online. Es muy positivo para la buena marcha de un centro aquel director que se muestre resolutivo, que tenga claras las ideas, porque un equipo directivo fuerte permite llevar adelante un proyecto educativo común. En el caso de los colegios públicos, es importante saber si el claustro de profesores es estable o hay mucha movilidad de interinos.

El Pilar es uno de los centros que cada año concentra un mayor número de solicitudes. Alfredo Martínez es director y padre, y entiende la angustia de estos momentos, así que si él tuviera que convencer a alguien para que llevara a su hijo al centro, lo resumiría en una frase que un día dijo una niña, y que ha quedado escrita para siempre en el colegio: «este patio es mi casa». «Se cuida mucho la relación con los chavales, la oferta de actividades es muy amplia y nos enorgullecemos de que sea un colegio muy experiencial, donde los alumnos salen de aquí con vínculos muy fuertes». La importancia de la comunidad es importante para Alfredo, de que cualquier persona con la que se crucen durante su jornada escolar, ya sea el monitor del comedor o el entrenador, «esté pendiente de todas las dimensiones de la persona».

Alumnos en un aula del colegio Mas Camarena. iván arlandis

El colegio El Pilar tiene en realidad el problema de que no puede atender todas las solicitudes, y muchos niños quedan fuera porque la demanda supera la oferta. «Nos gustaría tener otro colegio al lado», lamenta Alfredo. Lo mismo le ocurre al colegio Luis Vives, aunque en este caso es un centro de titularidad pública. A la pregunta del secreto de su éxito, la directora, Pilar Rey, responde que hay varios factores: «es un colegio muy familiar, situado en el centro de Valencia, donde además damos mucha importancia a la educación emocional y a la enseñanza a través de las inteligencias múltiples». Además, cree que es esencial la comunicación con la familia, además de llevar a cabo muchos programas para mejorar la calidad de la educación y la formación del profesorado, aunque en este sentido el problema con el que se han encontrado este año es que parte de la plantilla se va, y solo la mitad del claustro es estable.

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La innovación educativa está presente cada vez más en las preferencias de los padres

La innovación educativa está presente cada vez más en las preferencias de los padres, y en los últimos años se han creado varios centros educativos que apuestan por pedagogías alternativas, como Montessori o Waldorf. Rafa Noguera es director de la Escuela Internacional Waldorf Valencia, ubicada en El Puig, con acreditación americana. Él cree que lo diferenciador es que esta educación «acompaña el desarrollo evolutivo de los niños en cada etapa de la infancia tanto a nivel físico, como anímico y espiritual». Las materias del plan de estudios recogen todos los contenidos del currículo oficial, sin embargo «se presentan en tiempos y formas distintas, de modo que al finalizar su escolarización están preparados para incorporarse al sistema educativo convencional». Habla además de la escuela como un lugar «cálido y acogedor, una extensión del hogar», y el aprendizaje como «algo vivencial, para que mantengan viva la curiosidad innata y las ganas de aprender y degustar el mundo». Según su experiencia, el trabajo manual y esa forma de experimentar «ayuda a desarrollar la inteligencia y a fijar los contenidos de una manera más consistente». Rafa habla de que el objetivo final de esta pedagogía es contribuir a educar «seres humanos libres, capaces de desarrollar un sentir crítico, que hagan de este mundo un lugar mejor». 

Foto de archivo de un aula de la Escuela Waldorf Valencia. dani arjones

La excelencia académica es quizás el pilar principal en el que se basan colegios como Mas Camarena. Maite Marín es la directora de un centro donde hay matriculados 2.500 alumnos, donde las «excelentes instalaciones, la inmersión lingüística o la oferta de actividades están en la base de un proyecto educativo que intentamos mejorar año tras año, con viajes a países como Finlandia, Canadá o Suiza para conocer lo último en innovación educativa». Maite Marín cree que ese carácter internacional, además del objetivo de que cada alumno dé lo mejor de sí mismo desde que entran en la etapa de Infantil, marcan la diferencia, y justifica el coste porque «es una inversión para el futuro».

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Sea cual sea el modelo elegido, Enrique Castillejo cree que hay que fijarse también en detalles como si es jornada partida o continua, si llevan uniforme, o si disponen de servicios que a la larga pueden ser importantes, como un gabinete psicopedagógico que permita ayudar a un niño que en un momento determinado pueda tener necesidades, y no solo educativas. «A veces nos dejamos deslumbrar por las instalaciones». El pedagogo cree además que la decisión no puede estar tomada de una forma visceral, dejándonos llevar por opiniones de personas que quizás no tienen nuestra misma forma de ver la educación. En el caso de María, ha decidido llevar a Mateo al colegio público que está enfrente de su casa. La comodidad también es un valor a tener en cuenta.

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