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El Programa Integral de Desarrollo Directivo (PDD) de ESIC Business and Marketing School ofrece herramientas actualizadas para mejorar su visión de la empresa y la toma de decisiones desde una perspectiva global. Se trata de un entrenamiento para directivos de seis meses de duración con impacto inmediato en el día a día del negocio para implementar nuevas capacidades que ensanchen la zona de confort de los responsables de la empresa.
A través del testimonio de tres alumnos del PDD se puede conocer de primera mano la naturaleza de esta formación, así como las herramientas que han aprendido en el camino. «Tenía la necesidad de una formación vinculada a un modelo de gestión integral, con visión estratégica apoyada en innovación, transformación digital, nuevos modelos analíticos, y todo lo anterior reforzando y desarrollando nuevas habilidades», explica Enrique García, uno de los alumnos del PDD de ESIC, responsable del área de Desarrollo de Negocio de Correos, que piensa que «ante nuevos retos directivos, un programa de desarrollo directivo es imprescindible para afrontarlo con éxito y garantía».
Este programa «ha sido muy enriquecedor», explica la alumna Olga Carbonell, fundadora de Biotahealth, quien ha podido «ver todas las partes que componen el negocio», y que considera clave «tener una visión holística de las compañías para entender y empatizar con la importancia y el desempeño de cada rol». El PDD permite la interacción con «perfiles muy diferentes, un hecho tremendamente enriquecedor por el contraste en nuestras opiniones y puntos de vista», añade Carbonell.
El PDD de ESIC está abierto a todas aquellas personas interesadas en mejorar sus capacidades de dirección y, por tanto, el momento oportuno para llevarlo a cabo es cuando estas necesidades aparezcan a lo largo de la carrera profesional de cada persona. Para Carbonell, fue «en un momento en el que estaba consolidando una mayor responsabilidad» en su trayectoria, ya que «el contenido y la estructura del PDD era idónea para asentar conceptos y compartir experiencias y opiniones con otros profesionales».
Raquel Martí, otra de las alumnas del PDD de ESIC, 'Corporate Learning and Development Manager' de Citri&Co, también «quería darle una vuelta» a su desarrollo profesional, «enriquecerlo, darle valor a través de una formación con visión estratégica». El programa «abarca todas las áreas de una compañía, estrategia, finanzas, innovación, marketing, recursos humanos, operaciones desde una visión práctica aportada con humildad por los grandes profesionales que componen la cartera de docentes de ESIC», según explica. Martí «buscaba mejorar la capacidad de comprender lo que sucede dentro de una organización y el panorama global, poder plantear o llevar a cabo proyectos desde una visión global y no únicamente desde la visión de los recursos humanos», su ámbito de actuación, que ahora puede ver ampliado.
«Considero la formación continua necesaria para todo profesional que desea seguir creciendo. Conocer nuevas realidades, obtener más conocimientos, intercambiar opiniones, dan la capacidad de pensar fuera de tu zona de confort y de ser capaz de abrir la mente e ir más allá, con la seguridad y la actitud necesarias en un entorno empresarial como el que nos rodea actualmente», concluye la alumna.
ESIC Business and Marketing School es un centro formativo de referencia en el marketing y la empresa, y este ha sido otro de los alicientes para el alumnado a la hora de decidirse por seguir creciendo desde el punto de vista profesional: «Existen programas similares, pero la vertiente humana que aporta ESIC permite afrontar retos a todos los niveles y contribuye a un aprendizaje integral, con una sensación de pertenencia, de hogar. Este enfoque humano, la calidad académica, la posibilidad de formar parte de una comunidad comprometida con el crecimiento personal y profesional de sus miembros, fueron aspectos clave para elegir ESIC», explica Raquel Martí.
Para Enrique García fueron decisivas «experiencias formativas anteriores, que suponen un punto de inflexión en mi modelo de gestión y que han sido importantes». García explica que «estudiar en ESIC es hacerlo en un entorno formativo donde el desarrollo de habilidades, el contacto directo con un entorno directivo, nuevos negocios asociados a la transformación digital y una comunidad formativa dinámica poco convencional en busca de nuevos retos».
ESIC «siempre me ha parecido una escuela de alto valor por sus programas y su trayectoria», aporta Olga Carbonell, que sabe que este centro «ha contribuido en la formación de muchos profesionales y, por ello, poder cursar allí el PDD siempre lo consideré como acierto para mi experiencia formativa».
El PDD de ESIC se desarrolla a lo largo de seis meses y supone una formación continua altamente recomendable si se pretende seguir progresando profesionalmente o se necesita una actualización de conocimientos para dirigir equipos, además de para entender tendencias y refrescar competencias. Las clases se imparten en formato de seminario interactivo y participativo, existen sesiones de 'coaching' personal y hay un 'feedback' constructivo del profesorado, del alumnado e incluso de directivos de grandes empresas.
En este sentido, el propio alumnado aprecia las experiencias de primera mano contadas por sus protagonistas: «son muy valorables las experiencias fuera del aula y las clases magistrales de directivos referentes en el ámbito de la gestión empresarial», explica Enrique García.
Para este alumno, las expectativas se han superado: «A nivel formativo, las materias han sido las adecuadas bajo un enfoque de alta dirección, con un componente estratégico asociado muy interesante. Ha sido una formación con un grupo de alumnos reducido, pero con un nivel similar, con una actitud asociada que permite un aprendizaje homogéneo y con continua participación y aportación de experiencias». El profesorado, por su parte, está «muy identificado con la realidad empresarial y de diferentes sectores», lo que «permite un aprendizaje de mucho nivel».
El PDD «ha sido un desafío tanto personal como profesional que aporta muchas oportunidades de mejora en los dos ámbitos. Participar en él con un tiempo comprimido de seis meses precisa competencias como gestión del tiempo, organización y trabajo en equipo, clave en cualquier entorno de trabajo, incluso en tu vida personal y familiar», añade Raquel Martí, que concluye que «no hay límites reales, solo los que te impones tú misma. La capacidad de desafiarse en cada clase o trabajo ha sido una constante a lo largo de este programa».
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