Cómo elegir un buen melón y cómo madurarlo en casa si nos hemos equivocado

El melón es una de las mejores frutas del verano, aunque este año, como casi todo, su precio es más elevado de lo normal (ronda los 2,15-2,75 euros el kilo). Tiene menos azúcar que otras frutas como la manzana, la pera o la naranja, e importantes propiedades diuréticas, ya que el 88% es agua. La época del año ideal para su consumo se da entre finales de mayo y el mes de octubre.

Elegir un melón es todo un arte, pero posible si se siguen algunas normas básicas recogidas por la OCU.

El consejo clásico entre los clásicos es apretar el melón por sus extremos: si está en su punto, la base cederá ligeramente y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará un poco.

También es importante elegir un melón sin golpes, duro al tacto, con un color no excesivamente verde, que no tenga grietas y con olor a fruta fresca.

En la frutería, no rebusque demasiado en la pila de melones. Los ejemplares que están arriba del todo sufren menos golpes y suelen estar en mejores condiciones.

Pese a todos los cuidados, nada garantiza que nos llevemos a casa el melón perfecto. Ante la menor duda, no lo parta. Lo importante es darse cuenta antes de abrirlo. Se puede hacer madurar un melón en casa guardándolo en una bolsa de papel (no de plástico) junto con una manzana o un plátano en un lugar seco y fresco.

Para conservar el melón, hay que eliminar los dos extremos y apartar las semillas. Lo que sobre se guarda en la zona menos fría de la nevera, bien tapado para que no coja olores.

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