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VALENCIA
Miércoles, 9 de junio 2021
Se acerca el verano y llega el momento de disfrutar de algunas de las 'frutas' más refrescantes: el melón y la sandía. Porque aunque no lo sepas, el melón y la sandía no son frutas, sino hortalizas: pertenecen a la familia de las cucurbitáceas, como la calabaza o el pepino, y se cultivan en zonas con temperaturas cálidas y suelos secos (para los melones) o húmedos (para las sandías), motivo por el que Almería, Murcia y la Comunitat Valenciana son grandes productores.
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El problema surge cuando llegas a la frutería y te empiezan a asaltar las dudas. Has decidido comprar un melón o una sandía no solo porque tienen menos azúcar que otras frutas como la manzana o la pera, ni porque tengan importantes propiedades diuréticas (el 88% del melón y el 92% de la sandía es agua), sino porque te apetece comer algo fresco y sabroso.¿Pero cuál es el bueno? ¿Cómo acertar?
La OCU ha elaborado una guía con consejos prácticos para acertar en laelección del melón o la sandía y llevarte el mejor de la tienda. Presta atención a todos los sentidos:
Duros al tacto: la falta de firmeza indica que están pasados o que han sufrido daños.
Peso: En un melón, cuanto más peso significa que está más lleno y más maduro.
Mejor los de arriba: los ejemplares que en la frutería están arriba del todo sufren menos golpes y suelen estar en mejores condiciones.
El toquecito y la presión: la sandía se golpea levemente y si está en su punto sonará a hueco. Si suena a hueco es que está maduro. El melón se aprieta por sus extremos: si está en su punto la base cederá ligeramente y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará un poco. Al melón también se le puede dar un par de golpecitos en un lateral; estará en su punto si notas que vibra.
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Sin grietas: descarta los que tengan defectos, pero sin obsesionarte. Una manchita más clara o amarilla no es mal síntoma: el fruto puede estar maduro pero esa es la zona que reposaba sobre la tierra durante el cultivo. Que tengan grietas no es lo mismo que que tenga arrugas: si tienen pequeñas rayas de 1-3 milímetros, seguramente estará bueno.
El color: los melones verde intenso aún no están en su punto, aunque en la sandía hay más matices.
Comprar en piezas (cortados por la mitad, en cuartos o en dados...) tiene la ventaja de que a simple vista se puede ver si están maduros. El inconveniente es que se pierde frescura respecto a un melón o una sandía recién cortados. Las piezas cortadas deben ser envueltas, o estar envasadas si se trata de una tienda.
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Aroma de fruta madura: la zona del pedúnculo debe oler a fresco. Si está verde, no suele oler. Y si está pasado puede tener un olor un pelín a vino, o incluso un poco agrio.
En qué época hay que comprarlos. El melón y la sandía deben tomarse en su época: entre abril (los primeros de invernadero de Almería) y primeros de septiembre (sandía) o de octubre (melón). Esta opción es más sostenible que consumir productos que han de ser importados de otros países.
Cómo cortarlo y conservar: en el melón hay que eliminar los dos extremos (en la sandía no hace falta) y apartar las semillas. Lo que sobre se guarda en la zona menos fría de la nevera, bien tapado para que no coja olores.
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Comprar un melón o una sandía que aún no han madurado no es el fin del mundo. Lo importante es darte cuenta antes de abrirlos. Puedes hacerlos madurar en casa guardándolos en una bolsa de papel (no de plástico) junto con una manzana o un plátano en una habitación seca y fresca.
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