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JORGE PEIRÓ
Miércoles, 22 de marzo 2023, 00:48
Cada día 22 de marzo desde 1993, el Día Mundial del Agua crea conciencia e inspira acciones para abordar la crisis mundial del agua y el saneamiento, ya que 2000 millones de personas viven todavía sin acceso a agua potable. Este es solo uno de los argumentos que motivan al Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana Sostenible (Cemas) a mostrar un justo reconocimiento a la entidad jurídica en activo más antigua del mundo como es el Tribunal de las Aguas. El Cemas celebra durante hoy y mañana la primera edición del Congreso Internacional del Tribunal de las Aguas, una cita pionera.
El reto es mayúsculo a la par que ilusionante para ambos, pues desean concienciar desde diferentes perspectivas: patrimonial, cultural, histórica y jurídica. Es precisamente desde este punto de vista desde el cual, una de las participantes del encuentro, Virtudes Ochoa, profesora Titular de Derecho Procesal en la Universidad de Alicante, apoya la celebración de esta iniciativa. «Son importantes para conseguir la concienciación social y dar a conocer o visibilizar algunas de las posibles áreas que tienen relación con un recurso vital y común como es el agua en el día de su celebración y, entre ellas, el del papel que asume en esta materia, la institución del Tribunal de las Aguas», explica Ochoa.
Ochoa es una de las participantes de élite con las que cuenta la cita. Destaca la presencia de personalidades como José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de España ante Unesco. Cada uno aportará su granito de arena con sus conocimientos y experiencia durante el Congreso. En el caso de Ochoa, compartirá «su particular mirada jurídica con algunas reflexiones y realidades en torno al papel actual y la vigencia de un tribunal consuetudinario y tradicional, reconocido legalmente, como es el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia que pueda traducirse en un mayor conocimiento de este como órgano de justicia que resuelve conflictos, en el marco de su jurisdicción, con sentencias vinculantes para las partes».
El mensaje del I Congreso Internacional del Tribunal de las Aguas es claro: todos debemos estar comprometidos con la defensa de un bien común como es el agua. «Cada cual en nuestro ámbito personal y profesional debemos asumir este reto y difundir el papel fundamental que instituciones como el Tribunal de las Aguas tiene como órgano de justicia y al propio tiempo gestor y protector del bien común que es el agua, en particular, la que riega la acequias de la Vega de Valencia», expresa la profesora titular de Derecho Procesal en la UA.
El Tribunal de las Aguas de Valencia existe desde hace más de 1.000 años aunque sus orígenes exactos todavía no se han podido documentar. Uno de los motivos de orgullo de la capital del Turia cuenta con cuatro cualidades principales que configuran este modelo de administración de justicia. Los miembros del tribunal tienen a su disposición todo lo necesario para resolver el caso y poder dictar sentencia en ese momento, sin que haya que aplazar ningún juicio. Todo se resuelve en esa sesión. Todo el juicio es verbal, tanto la denuncia como el debate de los miembros del tribunal, sus preguntas, explicaciones o la sentencia final. La rapidez es otra de las características más importantes de este tribunal pues se reúne una vez por semana para tratar las infracciones producidas desde el jueves anterior.
Los juicios no suponen ningún gasto. Los síndicos no cobran por su labor, ya que juzgar es una de sus obligaciones, que está recogida en las ordenanzas. Solo hay que pagar los gastos de desplazamiento de los guardas o el alguacil del tribunal, que paga el denunciado. El Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el año 2009: se trata de una distinción internacional que concede la Unesco para proteger el patrimonio cultural oral o no material, cuya existencia es preciso conservar por su importancia. Dicho reconocimiento destaca el valor histórico y jurídico de esta institución, así como su valor etnológico y patrimonial.
Se trata de un modelo ejemplar de tradición cultural viva, que funciona con un sistema democrático, y que es gestionado por los propios agricultores para el riego de sus tierras. Es una entidad jurídica que protege la producción agrícola de familias de pequeños productores. Ha sido un claro ejemplo a lo largo de los siglos de un modelo de gobernanza transparente que potencia la coherencia normativa e institucional y como Patrimonio de todos los valencianos debe ser protegido y estudiado. Conviene además, divulgar a todas aquellas personas e instituciones vinculadas a la sostenibilidad, seguridad y soberanía alimentaria la fortaleza de esta institución, creada para proteger al pequeño productor, que sigue en plena vigencia.
Amenazas como el cambio climático, los procesos especulativos del mercado agropecuario o la presión urbanística refuerzan la idea de proteger este espacio común de derechos y obligaciones, ejemplar y único en el mundo.
El I Congreso Internacional del Tribunal de las Aguas se celebra en el Aula Magna de la Universitat de València –Centre Cultural La Nau, calle de la Universitat, 2– durante hoy y mañana. De 10 a 10.30 horas tendrá lugar la sesión de apertura, que contará con Ester Alba Pagán, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UV; José Soria, presidente del Tribunal de las Aguas; Patricia Mejías Moreno, coordinadora del Programa Aquastat de la FAO; Isaura Navarro, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica; y Joan Ribó, alcalde de Valencia.
Hasta las 12 horas se celebra la mesa redonda que versará sobre el patrimonio cultural. Contará con Enric Guinot, catedrático de Historia Medieval y director de la Cátedra de l'Horta de la UV; José Manuel Rodríguez Uribes, embajador de España ante Unesco; Luis Pablo Martínez, inspector de Patrimonio Cultural; y Mar Violeta Ortega, investigadora y profesora de la Escuela de Técnicos Superiores de Ingeniería Agronómica y Medio Natural de la Universitat Politècnica de València (UPV).
Tras el turno de preguntas moderado por Daniel Sala Giner, autor del libro 'El Tribunal de las Aguas de Valencia', llegará la mesa redonda sobre patrimonio medioambienta entre las 12.30 y las 14 horas. Los participantes serán María Sahuquillo Llinares, directora del Parque Natural de l'Albufera; Elisa Valía Cotanda, concejala del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València; Alejandro Ramón, concejal de Agricultura, Alimentación Sostenible y Huerta de València; Miquel Jordà, gerente del Consell de l'Horta; y Carles Sanchis, investigador del Centro Valenciano de Estudios sobre el Riego de la UPV. El turno de preguntas. Será moderado por Jorge Hermosilla, catedrático de Geografía en la UV.
El patrimonio jurídico acaparará las miradas en la tercera mesa redonda de la jornada, entre las 16 y las 17.30 horas. Intervendrán Alfonso Pastor, letrado del Tribunal de las Aguas; Pilar de la Oliva, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana;José Bonet Navarro, catedrático de Derecho Procesal de la UV; Reyes Marzal Raga, profesora titular de Derecho Administrativo de la UV; y Virtudes Ochoa, profesora titular de Derecho Procesal en la UA. La sesión de clausura la protagonizarán José Soria e Isabel Gema Fajardo García, secretaria autonómica de Justicia y Administración Pública de la Generalitat.
El Cemas desea promover la comunicación, concienciar, educar y divulgar los importantes temas globales vinculados a la alimentación, especialmente los sistemas alimentarios saludables y sostenibles en las ciudades. Entre sus retos, también figura el de convertir a la ciudad de Valencia en un centro de referencia de alimentación urbana sostenible. Su director, Vicente Domingo, confía en que la primera edición del I Congreso Internacional del Tribunal de las Aguas sirva de punto de partida, de forma de concienciación y de espacio para la reflexión y el diálogo.
¿Cómo se cocinó la puesta en escena del encuentro?
Me llamaba la atención desde hace mucho tiempo como una joya como el Tribunal de las Aguas no tenía un espacio de estudio, análisis y diálogo donde compartir. Después de algunas reuniones con su presidente, José Soria, llegamos a la conclusión de que era necesario en un primer estado al menos un Congreso como este sobre un Tribunal conocido en todo el mundo que conviene revisar y mantener. Ya ha habido seminarios o iniciativas similares pero no tan directamente enfocados al Tribunal de las Aguas, que acumula tanta historia y que hay que convertir en Patrimonio.
¿Qué buscan trabajando codo con codo con el Tribunal de las Aguas?
Buscamos reivindicar un espacio fundamental en todo aquello que tenga que ver con el asentamiento de sistemas urbanos alimentarios sostenibles. Desde que FAO tomó la iniciativa en el año 2015 de vincularse a las administraciones locales, Valencia se colocó casi por inercia entre las ciudades más llamativas desde el punto de vista de FAO. Todo aquello que esté en la línea de estudiar y potenciar modelos de sostenibilidad alimentaria en las ciudades va a ser siempre bien recibido por FAO. En esa línea al servicio de mejora de servicios alimentarios, hemos querido conectar con una entidad que lleva funcionando aquí más de 1000 años de forma fantástica. Nos ponemos así, en la vanguardia de la sostenibilidad pues, algo que ha funcionado tantos años y ha traído tantas cosas buenas, no puede obviarse. Si algo bueno tiene el Cemas es que sabe ejercer de caja de resonancia y nos permite compartir conocimiento constantemente y, a la vez, salpicar ese conocimiento a otras entidades y expertos de Europa y de todo el mundo. Surgió una chispa creativa y una especie de 'win-win' ya que se entendió perfectamente que nuestro sistema alimentario circundante, con la huerta valenciana, está lleno de bondades.
Han conseguido atraer a participantes de mucho nivel…
Voy a ser muy honesto, para el rigor que exige la ocasión, quizás se inició este proceso demasiado tarde. Sin embargo, encontramos la buena suerte de que aquellas personas expertas a las que les hablamos de la necesidad de organizar un congreso vinculado al Día Mundial del Agua nos lo pusieron muy fácil. No supuso un esfuerzo tan grande como esperábamos gracias a ellos. Desde la vertiente jurídica, la medioambiental, la histórica, la geográfica, la cultural… todos han colaborado mucho. La Universitat de València también entendió muy rápido algo que es fundamental y es que el Tribunal de las Aguas es una institución muy seria y con muchos años de historia. Ni se nos puede pasar por la cabeza el hecho de que pueda parecer una especie de 'teatrillo' para turistas. Ni mucho menos, lo que queremos es aflorar una manera de impartir justicia milenaria, es algo muy serio. Mucha gente conoce el Tribunal sin saber de verdad cuál es su verdadera profundidad. La UV, a través de la Facultad de Derecho y muchos catedráticos, junto a expertos y al embajador de España ante Unesco asumieron muy rápido la trascendencia cultural de todo esto. Se pretende brindar esa raíz jurídica intocable: el Tribunal de las Aguas está reconocido en la Constitución, es algo que conviene recordar. Fue rápido lanzar esta ilusión y en pocos días recoger las ganas de participar.
¿Qué mensaje quieren lanzar de la mano?
El mensaje es que el Tribunal de las Aguas es una joya jurídica, cultural, alimentaria y medioambiental que debemos proteger y mantener. Ojalá este sea el primero de un encuentro anual o bianual lleno de expertos de todo el mundo con el que podamos mantener esta institución, revisarla y difundirla y que encuentren este congreso como un encuentro que se celebre con mucha frecuencia. Tiene que darle la entidad y el calibre que se merece a una entidad como es el Tribunal de las Aguas.
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