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Mazura, un gran especialista del repertorio germano (Wagner, Berg, Strauss o Schoenberg). A la izquierda, homenaje al final de la tercera función de 'Los maestros cantores'. D. Ebener
Franz Mazura, un divo de 95 años en activo

Franz Mazura, un divo de 95 años en activo

El cantante salzburgués participó la semana pasada en un montaje de 'Los maestros cantores de Núremberg' en Berlín bajo la dirección de Barenboim

ISABEL URRUTIA CABRERA

Miércoles, 24 de abril 2019, 00:02

Hasta los 66 años fumaba 30 cigarrillos al día. Entonces le dio un ictus y decidió ponerse las cosas todavía más difíciles. «Es la mejor terapia. Si la vida te da limones, haz un zumo. ¡Hay que ser optimista! En aquella época, en cuanto me recuperé, debuté como actor en un montaje de 'El rey Lear' de Shakespeare, en Stuttgart. Bonita experiencia», recordaba el bajo-barítono austriaco Franz Mazura (Salzburgo, 1924) hace unos días en la televisión alemana. Dibujante de caricaturas, pintor y exsoldado de la II Guerra Mundial -fue movilizado con menos de 20 años y los aliados le capturaron y metieron en un campo de prisioneros -, no estaba destinado a ganarse la vida en los escenarios. Era ingeniero mecánico. Hasta que empezó a estudiar música: «Entonces descubrí el mundo al que yo pertenecía. Juré no abandonarlo nunca».

Mazura es un hombre de palabra: la semana pasada participó en un montaje de 'Los maestros cantores de Núremberg' en la Ópera Estatal de Berlín. Toda una proeza y no solo porque el lunes cumplió 95 años. En la última función, que se ofreció el domingo, tuvo la mala fortuna de doblarse un tobillo. Se hizo mucho daño, pero no canceló el compromiso que tenía con el teatro alemán. Con su entusiasmo habitual, el bajo-barítono austriaco salió en silla de ruedas para interpretar el papel de Hans Schwarz, un personaje muy secundario, sí, pero que exige aguantar más de 60 minutos en el escenario, caracterizado y concentrado, para no romper la magia de la música de Wagner.

Es una obra que dura más de seis horas, con dos intermedios, «y aunque ya no canto un rol importante, me lo tomo tremendamente en serio, ¡faltaba más!», apuntaba el artista con tono risueño en una entrevista radiofónica mientras lo maquillaban. Nacido el 22 de abril de 1924, es el cantante especializado en repertorio germano más veterano del panorama internacional. Un fenómeno que pudo admirarse hace tres años en 'Elektra', de Strauss, en el rol del tutor de Orestes, dentro de la temporada del Liceo de Barcelona. De estampa imponente, en aquella ocasión le bastó cruzar el escenario para captar la atención del público del coliseo de la Rambla. Es un artista magnético, con una voz que entonces conservaba los acentos incisivos y un fraseo exquisito. Imposible no emocionarse.

Ahora, una vez más, ha vuelto a dar lo mejor de sí mismo en las funciones de 'Los maestros cantores de Núremberg', en una producción muy moderna de Andreas Moses, con el director Daniel Barenboim en el foso y más de 30 familiares y amigos en el patio de butacas, entre los que destacaban sus hijos y nietos. Su mujer, que era soprano, ya ha fallecido. «Solo la muerte me podrá retirar. Que llegue cuando quiera. Soy un hombre feliz y en paz», confesaba Mazura al término de la última velada en Berlín de la ópera, una apología de las esencias y tradiciones germánicas, algo muy propio de Wagner.

El maestro Barenboim, micrófono en mano, le felicitó delante del público y recordó con emoción uno de los grandes hitos en la carrera del bajo-barítono de Salzburgo: «Se habla mucho de tus éxitos con Wagner, pero muy pocos recuerdan que triunfaste como profeta en Israel. ¡Nada menos! Fue en 1974, con 'Moisés y Aarón' de Schoenberg, en el teatro romano de Cesárea. Qué gran Moisés, qué gran Moisés...», repetía el director de orquesta, responsable musical de la Ópera Estatal de Berlín y líder de la Staatskapelle. Franz Mazura, con los ojos llenos de lágrimas, revelaba el secreto de la longevidad: «Los genes ayudan, claro, pero no hay que parar. La vida es hacer planes».

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