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La hostelería es un sector donde la interacción con los clientes es constante y los camareros son los profesionales que se encargan de ofrecer una experiencia agradable y de calidad. Sin embargo, hay ciertas frases y comportamientos que, a pesar de su intención, pueden resultar bastante repetitivos y cansinos para ellos.
Así lo ha compartido Jesús Soriano, conocido en redes sociales como @SoyCamarero. El creador de contenido ha creado una comunidad en la que comparte las experiencias diarias de los camareros, destacando este tipo de comentarios recurrentes. En una de sus publicaciones más recientes, Soriano ha destacado cómo la frase «Ponme otra cerveza, que este vaso tiene un agujero» es una de las más comunes y menos apreciadas en el entorno de trabajo de los camareros.
El vídeo en cuestión ha recibido numerosos comentarios de otros camareros que confirman su hartazgo con este tipo de bromas. De hecho, un seguidor asegura que, si por cada vez que escucha esta broma le dieran 0,5 euros, «ya tendría yo un Porsche aparcado en la puerta del bar». Otro usuario ha añadido: «Esa frase es de viejunos, ya lo decía mi abuelo», queriendo decir que esta broma ha pasado de generación en generación sin perder su capacidad de irritar.
Cliente: Ponme otra cerveza que este vaso tiene un agujero. pic.twitter.com/UG4thUp27I
— Soy Camarero (@soycamarero) September 19, 2023
Y es que, aunque sean comentarios hechos sin mala intención, Soriano asegura que los clientes no son conscientes de cuánto pueden molestar estas bromas. Algunos defienden su uso argumentando que buscan crear un ambiente distendido y amigable en el bar. Sin embargo, la realidad es que, para muchos camareros, estos comentarios se han convertido en un fastidio más que en un alivio. En este contexto, un usuario comenta que ahora todo molesta : «A ver si vamos a tener que ir al bar como si estuviésemos en un velatorio», mientras que otro se justifica diciendo: «Es que eso lo hemos dicho todos alguna vez».
Además de esta frase, hay otras que también se han vuelto demasiado comunes en los bares y restaurantes. Los camareros están de acuerdo en otra de las frases que están hartos de escuchar, esta vez cuando el cliente les solicita la cuenta: «¿Qué te doy aparte de pena?». También aparece otra quizá menos conocida pero con algo más de ingenio: «Ponme una bicicleta» (al pedir dos copas de vino de Rueda). Al final, estas interacciones repetitivas reflejan cómo la constante exposición al público puede resultar agotadora para los profesionales, independientemente del sector.
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