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En 1996, un tipo duro como Arnold Schwarzenegger se las vio y se las deseó para encontrar el juguete Turboman que su hijo Jamie había pedido para Navidad en la película 'Un padre en apuros'. El protagonista había dedicado tanto tiempo al trabajo que se ... confió a la hora de ejercer de paje real y cumplir con la carta de su hijo. Así que acabó con problemas porque esas navidades el muñeco en cuestión había causado furor y estaba agotado en todas las jugueterías. Ahora, en 2025, a horas de la noche de Reyes, no hace falta ir al cine para recrear la misma historia que en su día hizo temblar al mismísimo actor. Basta sólo con darse una vuelta por una juguetería de Valencia para vivir la frenética búsqueda que se sigue aún a estas horas para encontrar el juguete de turno. Sólo que aquí el muñeco Turboman lleva nombre de Nancy clase de yoga, taquilla secreta de V-Tech o casa de muñecas de Gabby. Hacerse con uno de estos juguetes es una odisea desde hace semanas.
Pasamos las últimas horas antes de que Sus Majestades los Reyes de Oriente pasen por las casas de los cientos de miles de niños y niñas de la Comunitat que los esperan. Los más pequeños han detallado en sus cartas los juguetes que esta noche esperan recibir con precisión. Tanta, que no hay mucho margen de error para padres, abuelos o tíos, que actúan como intermediarios para que la magia se haga realidad. Y con el auge de las redes sociales, donde las jugueteras ponen desde hace años toda la carne en el asador con los influencer de estos productos, que se han unido al tradicional catálogo, los gustos son siempre parecidos. Siempre hay un par de juguetes de moda que ponen a los pajes en un brete. Lo comprobamos en la Juguetería Panre, en el local de la avenida Peris y Valero, con Ruzafa con área de influencia. Hasta allí llega Joaquín, un abuelo al que ha pillado el toro para conseguir la Nancy Hair Style que la carta de su nieta le ha marcado conseguir. Pero, la muñeca lleva agotada todas las navidades, junto con la que hace yoga y otra que juega al tenis. Pero a él ya cualquier Nancy le vale. Este es el cuarto establecimiento por el que ha pasado esta mañana, horas antes de la cabalgata. Reconoce que se ha confiado, pero también usa ese verbo para hablar de lo contenta que se pondrá la niña con cualquier muñeca que encuentre debajo del árbol.
No es el único que merodea desorientado por los pasillos de este establecimiento, en el que Vanessa Chulià, una de las trabajadoras, se convierte en una solucionadora de problemas. Los pajes se encomiendan a ella para obrar el milagro de encontrar un juguete agotado. Pero ella no puede hacer magia y menos a escasas horas de la fiesta. «Está agotado desde antes de Papa Noel», le dice a un cliente, que trata de hacerse con el juego de La Liga de este año. «Me queda uno de la del año pasado, que se devolvió hace poco, pero es del año pasado». Al paje real no le importa, pero cuando acuden a la estantería, tampoco está ya. La situación la vivimos exactamente igual con otros tantos productos que están en la lista negra de agotados desde hace semanas. Justo cuando Vanessa me está contando que la serie 'La casa de muñecas de Gabby' arrasa este año, Isabel, una madre de dos niños de 3 y 6 años pregunta por uno de los juguetes más vendidos. No queda, obviamente. Pero tampoco pasa nada. Porque los juguetes que estaban en la lista de los pequeños los consiguió hace semanas. Esto era «un extra compartido entre algunos familiares. Elegiré otra cosa y estarán contentos igual».
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Cristina, abuela de tres nietos, también se hizo con las peticiones de las cartas hace 15 días. Pero quiere mantener el espíritu de la Navidad y salir a por algún regalo más que los más pequeños no se esperen. «Esto con los nietos es mejor que con mis hijos. Es mucho más ilusionante», cuenta mientras trastea por las estanterías de las Barbies, los bebés reborn y los cochecitos. Por si acaso, echa mano del móvil para consultar con los padres desde la tienda. Pocos se quieren arriesgar a pasar el soponcio de no encontrar algo tan deseado como un juguete escrito a mano en una carta por un niño. Por eso, Vanessa, una de las dependientas, explica que este año las ventas presenciales han vuelto a subir, porque la gente no se fía de que los envíos lleguen a tiempo. Están escarmentados con los retrasos o los paquetes a destiempo. Así que acuden a las tiendas hasta el ultimísimo momento. De hecho, las colas no cesan con numerosos pajes haciéndose con los últimos regalos.
Y de repente, entre todos los emisarios reales, me encuentro a Diego, un niño de 9 años, «casi 10», me puntualiza, que recorre los pasillos de la juguetería la víspera de Reyes porque justo este 5 de enero es su cumpleaños y busca unos balines para una pistola de juguete. Los otros regalos (un peluche y un juego de los Worms) ya los pidió en la carta. Así que está tranquilo en esa cueva de felicidad en la que decenas de padres y abuelos viven una frenética búsqueda del último regalo. Algunos, como María Dolores, no han podido hacerlo antes, porque han tenido a sus dos nietos en casa todas las navidades, porque sus hijos trabajaban, y no han visto momento de escaquearse y cumplir con su función de iaios reales. Inma y Jose creen que se han quedado cortos con lo que tienen para sus nietos. Belén, sin embargo, es paje de los pajes. En este caso, de sus suegros. Le vale un conejo rosa y un biberón. Así que no hay tensión. Otros, sin embargo, tienen que seguir el peregrinaje a la búsqueda de más suerte. Quienes busquen una taquilla de V-Tech, que es una especie de caja fuerte para que los más pequeños guarden sus tesoros, contradeña mediante, o cualquier juguete similiar (hay también diarios con código), lo tienen difícil ya. Como quienes se quieren hacer con clásicos como el Cocodrilo sacamuelas o el Quién es Quién. «Hemos vendido hasta los de imitación, de marca blanca», dice Vanessa.
Otros juguetes, sin embargo, han visto ya pasar su momento. Y ahí entra este año la Nancy de la cantante Aitana, que las navidades pasadas fue un furor. Este año, la marca ha hecho una nueva muñeca, con el corte de pelo y la vestimentas actualizadas al actual look de la cantante. Pero no triunfa ya. Y eso que en las estanterías está ya con una doble descuento. Pero su momento pasó. Otros, como las Barbies o las barriguitas (de nuevo las de antaño, ahora llamadas de colección), no pasan de moda. En las estanterías, aún es momento de encontrar estos juguetes. No así los más demandados, agotados ya hasta después de fiestas. Con esos, los pajes más rezagados sufrirán. Es lo que tiene dejar algo así para el último momento. Que lo que se necesita es prácticamente magia.
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