Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Una jugadora del Valencia y del Levante, en el último derbi jugado en Buñol. afp

El fútbol femenino merece un respeto

Polémica sanción. El ministro Iceta deberá tomar las riendas ante la cacicada de Rubiales de restar tres puntos a Levante, Villarreal y Real Sociedad por no lucir las siglas de la Federación

CAYETANO ROS

Lunes, 15 de noviembre 2021, 00:07

Entre todos la mataron y ella sola se murió. La guerra entre los machos alfa (Rubiales, Tebas y Florentino) frena la evolución del fútbol femenino, sin concretarse su profesionalización a pesar de haber sido aprobada por el Gobierno en junio pasado (lo que sería equipararla ... jurídicamente a las dos primeras Ligas masculinas de fútbol y a la de baloncesto). Como en tantos otros campos, la hipocresía de Rubiales corre fuera de control. Cuando llegó, el presidente de la Federación dijo que venía para impulsar el fútbol femenino y la realidad es que está haciendo lo posible por hundirlo: lo último ha sido ese castigo con la pérdida de tres puntos al Villarreal, el Levante y la Real Sociedad por no lucir un logo con las iniciales federativas. En sus cuitas por el poder y por el dinero, entre las prioridades de Rubiales no figura la consolidación de la Liga de mujeres. El ministro del ramo, Miquel Iceta, debe tomar las riendas y hacer cumplir la ley. Caiga quien caiga.

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'Salvem a Libertad Valencia CF'. Felicitado Peter Lim por cerrarle la puerta a los Yomus (la violencia no debería filtrarse nunca en ningún estadio), las protestas pacíficas contra el máximo accionista del Valencia siguen su curso. Las amenazas de Yomus contra quien sea no hacen ninguna falta. El ingenio de Libertad Valencia CF, sí. Así consiguió levantar el clamor de Mestalla contra Lim en la última jornada frente al Atlético. Las cartulinas con 'Lim go home' y la revista de previa del partido acompañaron al cántico del minuto 19 contra los mandatarios singapurenses. Libertad VCF son gente normal, sin poder y sin dinero. Su fuerza son las ideas. Las lanzan contra los caprichos de un millonario de las lista Forbes. Son 720 socios a razón de 12 euros anuales, más la venta de camisetas y, en breve, de una sudadera, además de aportaciones anónimas. Serían unos 1.000 euros de gasto por encuentro. Necesitan financiación para mantener las acciones en el tiempo. La iniciativa merece seguir en pie hasta el final de los días de Peter Lim en el Valencia.

La capitanía se gana, no se exige. Nos orgulleció ver a Valdano de chófer de Ferran Torres en el reportaje de Movistar sobre el chico de Foios, convertido ya en una estrella mundial. La charla fue amenizada por el sentido del humor del campeón del mundo de 1986, con un Ferran desenvuelto y cada vez más maduro. Solo chirrió cuando dijo no haberse arrepentido de haber exigido ser capitán para renovar con el Valencia. Seguramente porque sus asesores desconocen los códigos del fútbol, Ferran no ha caído en la cuenta de que la capitanía no se impone sino que se merece, y que se la otorgan el entrenador o los compañeros, en honor a su liderazgo. Quizá vuelva un día a Mestalla, como pretende, ya reconocido por los demás como capitán del Valencia.

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