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«El futuro de la movilidad pasa por una nueva conciencia social»

LAS PROVINCIAS reúne en Ecomov a expertos para debatir sobre el reto de la sostenibilidad en el tránsito de personas y mercancías

Domingo, 6 de octubre 2024, 01:08

valencia. La movilidad en las ciudades ha comenzado a vivir una transformación que, aunque ha sido paulatina, ahora se enfrenta a la necesidad urgente de acelerar el ritmo de cambio. El auge de nuevas tecnologías, la creciente preocupación por el cambio climático y la presión para optimizar el uso del espacio urbano están impulsando un replanteamiento profundo.

'Movilidad urbana sostenible: espacio europeo común de datos. Logística urbana y última milla' fue el título de la mesa redonda organizada por LASPROVINCIAS en el marco de Ecomov, feria de movilidad ecológica pionera en España. En este foro se habló de los principales retos y soluciones para avanzar hacia una movilidad urbana más eficiente y sostenible.

Entre los ponentes estuvieron Manuel Ríos, director General de Transportes y Logística de la Generalitat Valenciana y Jesús Alba López, CEO de Pmus & Civil, quienes coincidieron en la necesidad de avanzar hacia modelos de movilidad más eficientes, poniendo énfasis en el transporte público y la creación de infraestructuras que permitan un cambio modal.

Por su parte, David Saura, director de Transportes y Movilidad de CPS Ingenieros, y Juan Bueno, director de la Asociación Movea, subrayaron la importancia de la logística urbana y la última milla, que exigen una optimización tanto en los procesos de reparto como en la normativa aplicable.

Mientras que Juan Bautista San Miguel, director de Mioo (Vectalia), y Carlos Bermúdez, responsable de Desarrollo de Negocio de Movilidad Eléctrica de Repsol, hablaron de la importancia de buscar soluciones alternativas y eficientes en el ámbito de la movilidad sostenible. Mientras que San Miguel destacó la necesidad de optimizar los repartos en la última milla y apostar por medios alternativos más allá de la electrificación, Bermúdez subrayó la urgencia de una red de recarga más amplia para facilitar el uso de vehículos eléctricos, complementada con otras opciones energéticas.

A lo largo del debate, los ponentes no solo destacaron los avances tecnológicos, como el auge de los vehículos eléctricos y la infraestructura de recarga, sino que también profundizaron en la necesidad de una mayor coordinación entre administraciones y empresas privadas. Los expertos concluyeron que el futuro de la movilidad no solo pasa por cambios tecnológicos, sino también por una nueva conciencia social sobre el impacto de nuestras decisiones de transporte.

El avance hacia una movilidad urbana más sostenible implica un cambio profundo en las infraestructuras, en las políticas públicas y en la mentalidad de los ciudadanos. Según explicó Manuel Ríos, «la movilidad en las ciudades ha experimentado un cambio de paradigma. Lo que funcionaba hace 20 años ya no es válido en la actualidad, por lo que hemos apostado por la renovación de más de 200 autobuses y una mayor inversión en el transporte público, clave para reducir la contaminación». Además, señaló que la Generalitat está trabajando en la implementación de zonas de bajas emisiones, afectando a más de 60 ciudades de la Comunitat Valenciana.

En esta misma línea, Jesús Alba destacó que reforzar el transporte público es esencial para lograr un verdadero cambio modal. «El transporte público es la única alternativa real para reducir la dependencia del coche privado. Todos, en algún momento, somos peatones, y el transporte colectivo, incluyendo el taxi, es fundamental para lograr un traspaso efectivo de conductores hacia modos más sostenibles». Para ello, subrayó la importancia de utilizar las tecnologías de información para monitorizar la movilidad en las ciudades y crear espacios comunes de datos, lo que permitiría conocer en tiempo real aspectos clave como la calidad del aire o el nivel de congestión de las ciudades.

Por su parte, David Saura enfatizó en los retos que suponen la integración de nuevos modos de transporte en ciudades con espacios limitados, como los patinetes eléctricos y las bicicletas. «Nos enfrentamos a un espacio reducido y un aumento de nuevos modos de transporte, lo que genera conflictos. Estamos en el buen camino, pero es necesario regular y comunicar mejor estos cambios para evitar fricciones entre los diferentes usuarios», declaró. Mirando a Europa, Saura reconoció que, aunque países como Holanda y Noruega llevan años de ventaja, estos países también atravesaron un periodo de adaptación. Por ello, sugirió que «las ciudades españolas están en pleno proceso de transformación cultural en términos de movilidad».

En este punto, los expertos coincidieron en que la clave para avanzar hacia un modelo de movilidad urbana más sostenible no solo está en las infraestructuras, sino en la coordinación efectiva entre administraciones, la sensibilización de los ciudadanos y una visión estratégica a largo plazo.

Diseño y última milla

A lo largo del debate, también se habló de uno de los mayores retos que enfrentan las ciudades modernas. El cómo optimizar el transporte de mercancías y pasajeros en la última milla. Juan Bueno destacó tres factores clave que determinan el éxito como son «la regulación y legislación, la cultura y educación, y la inversión público-privada», ya que, según apuntó, «de nada sirve tener el mejor vehículo si no podemos usarlo de manera eficiente». Para Bueno, la última milla es un área donde aún queda mucho camino por recorrer, especialmente en la optimización de los procesos logísticos para evitar el exceso de vehículos en circulación. «No puede haber tres furgonetas de reparto para un solo bolígrafo. Debemos ser más eficientes, con una furgoneta bien cargada que cubra más necesidades a la vez», subrayó.

Juan Bautista San Miguel compartió su experiencia en la logística de última milla, indicando que su empresa, que opera a nivel nacional, se centra en la eficiencia de los repartos para reducir emisiones de CO2. «La clave no es solo la electrificación de la flota, que en Madrid es ya 100% eléctrica, sino también en otros medios alternativos de reparto. Además, debemos trabajar para que la cultura de la eficiencia logística cale a nivel social. Esto no es solo un reto tecnológico, sino también cultural», afirmó.

La conversación también puso el foco en la necesidad de reorganizar el espacio urbano para hacer frente a los nuevos desafíos que plantea la movilidad sostenible. Los expertos coincidieron en que, aunque se ha avanzado mucho, queda un largo camino. David Saura aportó que en otras ciudades europeas, como Padua (Italia) la creación de centros de consolidación urbana ha demostrado ser una estrategia eficaz. «En Padua, el centro de consolidación y los hubs de proximidad han permitido organizar de forma más eficiente el reparto urbano. Este tipo de iniciativas, combinadas con normas claras, son esenciales para avanzar», comentó.

En este sentido, el diseño urbano se ha convertido en un campo fundamental para la integración de nuevas soluciones de movilidad, desde la peatonalización de espacios hasta la creación de aparcamientos disuasorios que faciliten el acceso al transporte público. Jesús Alba insistió en la necesidad de aprovechar la tecnología para gestionar mejor el espacio y el tránsito: «Debemos sensorizar la ciudad, conocer en tiempo real la calidad del aire, los niveles de ruido... y compartir estos datos accesiblemente en un espacio común, ya sea regional o nacional».

La movilidad eléctrica ha ganado protagonismo como una de las principales soluciones para reducir las emisiones de CO2 y avanzar hacia un modelo más sostenible. Sin embargo, los expertos de la mesa de debate destacaron que todavía existen barreras importantes, tanto tecnológicas como administrativas, que dificultan su implantación masiva. Carlos Bermúdez señaló que, aunque España ha avanzado en la instalación de puntos de recarga, el proceso sigue siendo lento: «Repsol lleva más de una década apostando por la movilidad eléctrica. Hemos instalado más de 2.400 puntos de recarga de acceso público, pero solo 1.800 están activos debido a la burocracia y los largos tiempos de espera para la activación, que pueden llegar a los 15 meses». Según Bermúdez, este «retraso administrativo es uno de los principales factores que impide que España alcance el ritmo de implantación de otros países europeos».

Otro de los retos mencionados por Bermúdez es la infraestructura de recarga en zonas urbanas y rurales. «El 70% de los vehículos eléctricos duerme en la calle, por lo que necesitamos ampliar la infraestructura pública para garantizar la recarga en todo el país», agregó. Además, destacó la importancia de apostar por la neutralidad tecnológica, ofreciendo múltiples alternativas energéticas para no depender exclusivamente de una solución. «En Repsol apostamos por todas las tecnologías, desde combustibles 100% renovables hasta electricidad y gases. De lo contrario, no alcanzaremos los ambiciosos objetivos climáticos».

Al hilo de lo señalado, Manuel Ríos apuntó en que uno de los mayores problemas es la falta de puntos de recarga suficientes: «El coche eléctrico no puede existir sin una red de recarga adecuada, y eso depende de que simplifiquemos los trámites administrativos. La administración debe ser facilitadora para acelerar este proceso, ya que de lo contrario, la incertidumbre frena tanto a los usuarios como a los fabricantes». Aun así, reconoció que la colaboración público-privada es clave en este proceso, señalando que los operadores privados tienen la experiencia necesaria para gestionar la infraestructura, mientras que las administraciones deben apoyar y agilizar los procedimientos.

En este contexto, también se habló sobre la necesidad de ofrecer incentivos y una mayor información a los ciudadanos sobre los puntos de recarga disponibles. Por su parte, Juan Bueno subrayó la importancia de premiar a aquellos que apuesten por la movilidad eléctrica. «Podemos educar a los usuarios premiando a quienes utilicen vehículos eléctricos, a través de bonificaciones o reducciones de tarifas. La gente necesita un incentivo para cambiar de hábitos».

Un aspecto recurrente en el debate sobre la movilidad urbana sostenible fue la falta de coordinación entre las diferentes administraciones, un obstáculo que los expertos señalaron como uno de los principales impedimentos para avanzar en la implementación de soluciones efectivas. Jesús Alba insistió en que la movilidad debe gestionarse de manera conjunta entre los diferentes niveles de gobierno. «No podemos trabajar de manera descoordinada. Las políticas europeas de movilidad sostenible deben alinearse con las normativas nacionales, regionales y locales, o de lo contrario, los esfuerzos individuales serán insuficientes», explicó. Este tipo de fragmentación legislativa, según Alba, no solo ralentiza la implementación de planes de movilidad, sino que también genera ineficiencias y duplicidades.

Por su parte, Manuel Ríos subrayó la importancia de simplificar la burocracia. «Uno de los grandes problemas es la excesiva cantidad de normativas que se solapan entre administraciones. Tenemos demasiadas leyes que no hacen más que complicar los procedimientos», afirmó.

Además de la coordinación, los expertos señalaron la falta de financiación como otro reto importante. Jesús Alba indicó que muchas administraciones locales carecen de los recursos necesarios para llevar a cabo las mejoras en infraestructuras que requieren los planes de movilidad sostenible. «Gran parte de los problemas se resolverían con una mayor asignación de fondos. Las mejoras en transporte público, infraestructuras de movilidad y tecnología necesitan una financiación que muchas ciudades no pueden asumir por sí solas», comentó.

A pesar de estos obstáculos, Juan Bueno destacó que el cambio en la movilidad urbana también depende de una visión clara y a largo plazo por parte de cada ciudad. «Cada ciudad debe tener una visión de sí misma, saber qué quiere proyectar y cómo quiere posicionarse. No es lo mismo una ciudad como Benidorm, enfocada en el turismo, que Valencia, que busca equilibrar el desarrollo económico y la sostenibilidad». Este enfoque estratégico es, según Bueno, esencial para que las políticas públicas logren resultados tangibles en la transformación de las ciudades.

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