«La gestión es una vergüenza»

La paciencia empieza a agotarse para los centenares de transportistas que se han quedado atrapados en distintos puntos de la Comunitat debido al temporal Filomena. Algunos de ellos llevan tres días aislados, haciendo noche en sus vehículos y con la nevera bajo mínimos.

Andrés Vázquez viene desde León y lleva desde la tarde del viernes parado en al área de servicio del Rebollar, en la A-3. «En la noche del jueves paré en Honrubia y seguí hacia Valencia, donde descargué y volví a cargar para volver a León. Sin embargo, en la tarde del viernes me pararon aquí en la A-3», cuenta este transportista que tacha de «vergonzoso» que no hayan recibido, según cuenta, ningún tipo de asistencia.

«No ha venido nadie a darnos comida o algún tipo de servicio. Es una vergüenza cómo se está gestionando, no puede ser tampoco que tarden tres días en despejar la carretera desde Minglanilla a Honrubia», agrega. «Llevamos los tapers contados y la nevera en números rojos. Además, ayer cuando nos pararon el área de servicio estaba cerrada, tuvimos que esperar hasta que abrieran», indica el conductor.

Sin embargo, desde Cruz Roja informaron que en la A-3, a la altura de Chiva, el voluntariado acudió a los puntos donde se encontraban camiones paralizados. «Se han entrevistado con 15 personas y sólo cuatro han precisado ayuda con mantas y alimentación», señalaron desde la organización a través de sus redes sociales. Del mismo modo, una voluntaria proporcionó a Juan José, otro camionero de León, la medicación que necesita para la diabetes ante la posibilidad de quedarse sin ella si el parón se alarga otro día más.

Rafael Donate, de Albacete, es otro de los profesionales que se ha visto obligado a parar en el área de servicio de Rebollar. Ayer sábado ya acumulaba dos noches en este recinto. «Me subieron hasta el punto kilométrico 207, luego bajé a Valencia, descargué en Mercadona y volví a subir para irme a mi casa, pero la Guardia Civil me paró aquí», explica.

Emilio Torres, de Segovia, se dirigía al depósito de Carrefour en Ribarroja el pasado día 7. «Pretendía volver a Segovia pero estoy en Rebollar con el resto de compañeros pasando calamidades y frío. Nuestra 'suite' es el camión y nos lavamos gracias a los depósitos de agua que tenemos, pero ya ves qué condiciones», cuenta Torres, que añade que el área de servicio estaba cerrada a las seis de la tarde del viernes debido a las nuevas restricciones del Consell. «Al ver que estábamos llegando entonces abrieron», añade Emilio en alusión a la decisión de la Generalitat de permitir que la hostelería de carretera dé servicio a los transportistas atrapados debido al temporal.

Miguel Jiménez, de Tarancón, lleva desde el jueves teniendo problemas con la nieve. «Tenía que descargar en Teruel y estuve catorce horas inmovilizado en Tébar. A las ocho de la mañana nos soltaron y conseguí ir a Mercavalencia a cargar, completé carga en Buñol y hasta aquí he llegado», explica Miguel que lleva de viaje desde el domingo. «Que esté cortada una autopista radial como la A-3 durante tanto tiempo es vergonzoso y como siempre los transportistas somos los que nos llevamos la peor parte. Nos meten aquí a que nos busquemos la vida cuando lo que tendrían que hacer es poner a cuatro quitanieves delante y llevarnos a casa al menos a los que vivimos más cerca porque limitan con la radial», concluye.

En la comarca del Alto Palancia hacía 20 años que no se registraba una nevada como esta. Una treintena de transportistas han hecho noche en las áreas de servicios entre Barraques y Viver porque la A-23 está cortada para los vehículos pesados desde el viernes a las seis de la tarde. Los camioneros critican la falta de información y la incertidumbre de no saber cuándo podrán retomar su ruta. «No es plan de estar así parados», critica otro en declaraciones a À Punt.