El humo de los incendios de Canadá llega a España

El humo procedente de Canadá a causa de los centenares de incendios que hay ahora mismo en ese país ha llegado a Galicia y Portugal y se ha podido divisar desde ciudades como Valladolid, Madrid, Córdoba o Huelva.

Las partículas en suspensión han cruzado el Océano Atlántico en forma de una gran nube tras recorrer 7.000 kilómetros. Es el mismo humo que hace 20 días oscurecía el cielo de Nueva York y buena parte del noreste de Estados Unidos con una coloración amarillenta.

Esta nube de hollín ha llegado incluso a la parte más occidental de Andalucía tras cruzar la península. Desde la noche del martes se empezó a notar en Málaga y este miércoles 28 de junio ya lo hace con más intensidad en toda la provincia malagueña. «Sí, ya nos está afectando y se nota en esa opacidad que hay en al atmósfera», ha confirmadoel director del Centro Meteorológico de la Agencia Estatal de Meteorología en Málaga, Jesús Riesco.

Esas partículas de hollín están presentes en capas altas y no en superficie, por lo que «no representa, en principio, nada peligroso» para los ciudadanos ya que no afecta a la calidad del aire. «Nada tiene que ver con la situación que viven ciudades norteamericanas, donde está produciendo, entre otros, importante reducción de visibilidad» debido al humo.

Las llamas en Quebec han arrasado 7,2 millones de hectáreas; de ellos, 1,4 millones en los últimos días, y el humo que se ha generado es descomunal. Ninguna provincia se salva en Canadá, ni siquiera Nueva Escocia en el este, donde por lo general no hay grandes incendios.

La presencia de los restos de combustión de los bosques canadienses se deja ver en forma de «cielos turbios, algo parecido a la calima», pero que nada tiene que ver. Al respecto, Riesco precisa que, aunque la calima «tiene una repercusión similar, en lugar de partículas de hollín lo que nos llega es polvo en suspensión procedente del desierto del Sáhara»; algo que en estos momentos no está afectando a Málaga.

Asimismo, recuerda que esta es una situación que ya ha pasado en otras ocasiones. «El año pasado tuvimos una nube de erupciones volcánicas de Sudamérica que llegó a nuestra zona», por poner un ejemplo; así que «no es algo extraordinario».

Un total de 490 incendios forestales estaban ardiendo el martes, más de la mitad de ellos considerados fuera de control. Empezaron en el oeste de Canadá a inicios de mayo, provocando el estado de emergencia en Alberta y evacuaciones de decenas de miles de personas.

En total, más de 100.000 personas fueron desplazadas por los incendios a lo largo del país. En un año típico, unos 7.500 incendios forestales queman más de 2,5 millones de hectáreas de bosques en Canadá. Pero este año han sido más de 7,8 millones de hectáreas, un área casi del tamaño de Austria.

En Quebec, 1,3 millones de hectáreas se han quemado hasta ahora, en comparación con el promedio de menos de 10.000 anuales en la última década. El área quemada en los últimos 25 días sobrepasa el total combinado de los últimos 20 años.

Las emisiones de carbono liberadas por los incendios en la atmósfera ya exceden el récord anual de Canadá, según el observatorio europeo Copernicus.

Desde inicios de mayo los incendios han generado cerca de 600 millones de toneladas de CO2, equivalente al 88% del total de emisiones de efecto invernadero del país de todas las fuentes energéticas en 2021.

Solo en 2023, los incendios en Canadá representan más del 10% de las emisiones globales de carbono por incendios forestales de 2022 (1.455 megatoneladas).

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