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El Jubileo 2025 se abrió oficialmente el 24 de diciembre de 2024 a las 19:00, con el rito de Apertura de la Puerta Santa de la Basílica Papal de San Pedro por parte del Santo Padre, quien luego presidió la celebración de la Santa Misa, la Misa del Gallo, en la noche de la Natividad del Señor en la Basílica.
El Año Jubilar o Año Santo es una celebración que tiene por objeto obtener una indulgencia plenaria según la iglesia católica romana. El mismo se celebra cada 25 años de forma regular, mientras que los jubileos se proclaman como la celebración de un hecho destacado de manera extraordinaria para conmemorar acontecimientos especiales, como es el caso del Año Jubileo Santiago.
El objetivo del año Jubilar y del Jubileo es recibir el perdón de los pecados, de las penas, una renovación interior y la conciliación. Ahora bien, para ello es necesario acudir a un templo que goce de este privilegio por parte de la iglesia católica.
La peregrinación de Valencia a Roma por el Jubileo 2025 ya tiene fecha: tendrá lugar del 18 al 23 de febrero de 2025. Para todos aquellos que quieran ganar el Jubileo asistiendo a la peregrinación, partirán desde Valencia. En Roma participarán en la audiencia con el Papa y cruzarán la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. También visitarán las basílicas de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros, entre otros monumentos y puntos de interés en Roma.
El Arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent ha promulgado el decreto en el que se detallan las disposiciones para la celebración del Año Jubilar 2025 en la archidiócesis de Valencia. Este Año Jubilar se abrirá solemnemente por el papa Francisco en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre y en la diócesis de Valencia, días después, el 29 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia, en una celebración en la Catedral de Valencia que dará comienzo a las 18 h con un acto, 'collectio', en la plaza de la Almoina.
Como establece el decreto los templos jubilares de la diócesis de Valencia serán:
- Catedral de Valencia
- la Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados
- las Colegiatas Asunción de Nuestra Señora de Xátiva y de Gandía
-la Colegiata de san Bartolomé Apóstol y San Miguel Arcángel de Valencia.
- Como novedad el Arzobispo ha dispuesto que se podrá lucrar la indulgencia jubilar en las iglesias de las poblaciones afectadas por la dana del pasado mes de octubre «para aquellas personas que, movidas por la caridad cristiana, se acerquen a esas poblaciones para ayudar con alguna obra de misericordia a aquellos que sufren las consecuencias de las riadas y se acerquen a orar en ellas cumpliendo las condiciones requeridas por la Iglesia».
También serán templos jubilares la Real Iglesia del Salvador de Valencia, en el día de la fiesta de la Dedicación de la Basílica de Letrán y durante los días del novenario del Santísimo Cristo y aquellas iglesias en las que se celebren las 24 horas para el Señor desde el atardecer del día 28 hasta el atardecer del día 29 de marzo. También en las capillas del Seminario de Moncada y del Seminario de Xàtiva, el día en que se celebre el jubileo diocesano de los niños, así como en la parroquia de san Nicolás del Grao de Gandía y en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de la Pobla de Famals, el día de la Virgen del Carmen y el día de la Asunción de la Virgen, en celebraciones jubilares pensadas para aquellos que pasan su periodo vacacional en la diócesis.
Monseñor Benavent recuerda en el decreto que en la bula de convocación del Jubileo bajo el título 'Spes non confundit' (La esperanza no defrauda) el Papa Francisco insiste «en que no hay que reducir el Año Jubilar sólo a una peregrinación, a ganar la indulgencia y a realizar alguna obra de misericordia sino que nos invita también y, sobre todo, a profundizar en la dimensión espirituaL en la esperanza como virtud teologal que imprime carácter a la vida cristiana». «Así pues, la esperanza constituye el mensaje central del próximo Jubileo, que se celebrará en el Año del Señor 2025, siendo una ocasión propicia para renovar el compromiso que se deriva de la fe y encontrar nuevas formas de vivir la esperanza en la cotidianidad», detalla el Arzobispo, quien invita a profundizar en tres dimensiones la celebrativa, la pastoral y la socio-caritativa.
Los elementos esenciales que no deben faltar en las celebraciones jubilares, según detalla el decreto son: «la recepción del perdón en el sacramento de la Penitencia, con un deseo sincero de conversión; la peregrinación; la Eucaristía jubilar en los templos indicados, durante la cual se rezará por las intenciones del Santo Padre; y el gesto de compartir los bienes con una limosna que cada cual decidirá en conciencia y que se destinará a apoyar las actividades caritativas que realizan instituciones eclesiales presentes en la Diócesis y que son expresión de las obras de misericordia que son también obras de esperanza». En este sentido el Arzobispo invita a que «las obras de misericordia no se limiten a una limosna material y a que intentemos acercarnos a las personas que sufren, de modo que sientan la cercanía amorosa y consoladora de los cristianos, mediante las obras de misericordia corporales o espirituales».
De hecho, «quien visite a los hermanos que se encuentran en necesidad o en dificultad (enfermos, encarcelados, ancianos en soledad o personas con capacidades diferentes), como realizando una peregrinación hacia Cristo presente en ellos y siguiendo las habituales condiciones espirituales, sacramentales y de oración, habrán realizado una peregrinación jubilar».
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Supuestamente, la primera vez que se convocó el Año Santo fue en 1300 por el papa Bonifacio VIII quien precisó que para la obtención de la indulgencia del peregrino era necesario visitar las basílicas de San Pedro y San Pablo Extramuros durante 30 días (o 15 días, si no se reside en Roma). Además estableció que los jubileos se celebraran cada 100 años. No obstante, el papa Clemente VI adelantó a 1350 el segundo Año Santo agregando a la lista las basílicas de San Juan de Letrán (en Aviñón, Francia). El motivo de cambiar el intervalo en 50 años fue para que cada generación tuviera, al menos, la posibilidad de celebrar un Año Santo.
En el caso de España el Año Santo más relevante es el Año Jubileo Santiago. El mismo se celebra en la Catedral de Santiago de Compostela el año en el cual el 25 de julio es domingo. Es decir, cuando el año comienza por viernes o cuando empieza por jueves si es bisiesto. Esta celebración atrae a una infinidad de peregrinos de todas partes del mundo que se dirigen hasta Galicia para recibir la indulgencia y bendición.
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