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Un grupo de jóvenes en una imagen de archivo. jesús andrade

La juventud española, a la cola de Europa

Lastrada por el descomunal paro y la tardía emancipación, ocupa la posición 24 de 27, solo empeorada por Italia, Bulgaria y Rumanía

Martes, 14 de diciembre 2021, 18:40

La juventud española nunca ha estado entre las más avanzadas y desarrolladas de Europa, pero con la llegada de la segunda gran crisis social en una década, la desencadena por la pandemia, ha vuelto a caer a la cola del ranking de los 27 socios comunitarios. Así lo demuestra el resultado del Índice de Desarrollo Juvenil 2021, que compara en todos los países de la UE los resultados educativos, de empleo, de emancipación, de vida y salud y de uso de las tecnologías de la comunicación, las TIC, y que en España elabora Fad.

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En esta edición la juventud española cae un puesto –le pasa Grecia– y ocupa la posición 24 de 27, solo por delante de Italia, Bulgaria y Rumanía. Se sitúa ocho escalones por debajo de las valoración media de la juventud europea, que, con casi un 6, logra un punto más que la española. La lista continental la encabezan los escandinavos, con Dinamarca al frente, y Países Bajos.

Las únicas comunidades españolas que salvan la cara son Madrid, justo por encima de la media de la UE, y el País Vasco, que roza la media. Las juventudes peor situadas son las de Castilla-La Mancha, Canarias y Baleares, que incluso se colocan en este ranking por debajo del muy escueto índice logrado por el conjunto de España.

La razón del trompazo nacional es que el paro juvenil, la precariedad y la temporalidad doblan los porcentajes continentales –solo empeorados por Italia– y que la edad de emancipación española está a años luz de la media comunitaria, en concreto a 19 puntos porcentuales. Solo un tercio de los españoles de entre 25 y 29 años ha abandonado el hogar familiar, porcentaje que cae hasta el 6% si la horquilla de edad elegida va de los 20 a los 24. Falta de estabilidad, de empleo, de ingresos, alquileres muy altos y unas familias paternalistas son las razones fundamentales del enorme retraso.

Los jóvenes españoles están en la media de la UE en resultados educativos y se sitúan en la mitad alta en vida y salud –por su baja mortalidad– y en acceso y uso de internet y en las capacidades y el manejo digitales.

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