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REDACCIÓN
Sábado, 6 de marzo 2021, 14:05
Empezó siento un mito, una leyenda urbana, y ha acabado siendo tema de debate en el Parlamento Europeo y hasta objetivo e una directiva europea que entra ahora en vigor. Durante muchos años la conocida como 'obsolescencia programada' era un tema del que se hablaba mucho pero con pocas pruebas. Se comentaba que acaba aparato eléctrico o electrodoméstico salía del taller con una fecha de utilidad fijada. Los clientes veían como, además, un aparato no se podía reparar de forma sencilla, todo pasaba por el servicio técnico de cada marca. Hasta la propia 'obsolescencia programada' ha tenido su respectiva 'obsolescencia programada', ya que este mes de marzo entra en vigor una nueva directiva europea que permitiría revertir esta situación e incluso obliga a que un cliente pueda arreglar con ayuda de la marca cualquier tipo de aparato. Esto se conoce como el 'derecho a reparar'.
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Se votó en noviembre de 2020 y ahora en el mes de marzo entra en vigor con cambios sustanciales que el cliente debería notar de forma considerable ya que los electrodomésticos y aparatos eléctricos deberán aportar información extra. De esta forma todo embalaje debe contener un nuevo manual en el que se precise cómo reparar cualquier parte del aparato, así como las herramientas necesarias y los componentes a utilizar. Hasta la fecha únicamente los más expertos en cada matería se atrevían a reparar en casa sus propios electrodomésticos, pero con esta directiva se contará con la ayuda indicada por cada empresa para cambiar piezas clave y las indicaciones exactas. Es decir, igual que para unos productos se señala los pasos para su montaje, con esta directiva se establece que debería mostrarse igual cada reparación. El texto legal pretende que las empresas ofrezcan productos electrónicos que se puedan reparar de forma accesible, sin que se requieran herramientas específicas para ello.
El objetivo de esta directiva es lo que se ha conocido como 'derecho a reparar', ya que ya no será necesario tener conocimientos técnicos ni expertos para arreglar una rotura o fallo puntual de un aparato eléctrico, sin necesidad de acudir sí o sí a un servicio técnico. Además, la normativa europea pretende que se aumente la vida útil de los dispositivos para lograr un menor impacto medioambiental. En los embalajes de los aparatos también deberá constar de forma visible la vida útil prevista por la marca. Así un cliente podrá saber si un fallo se debe a la rotura de un componente o se relaciona con su próximo fin de vida útil. Por ejemplo, en la caja de una nevera o televisión se mostraría que la vida útil del producto es de cerca de 10 años, por lo que con el nuevo manual que debe incorporar se podría reparar cualquier fallo que se dé antes de acercarse a ese límite.
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