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Imagen de archivo de una laguna de Doñana llena de flamencos. EP
Las lluvias alivian la sequía en Doñana y las Tablas de Daimiel

Las lluvias alivian la sequía en Doñana y las Tablas de Daimiel

Ambos Parques Nacionales son claves para la reproducción de las aves. Dos expertos ven la situación con moderado optimismo, pero creen que hay que esperar a ver si los aportes de agua continúan las próximas semanas

J. A. Guerrero

Martes, 18 de marzo 2025, 18:33

Las lluvias de las últimas semanas están aliviando la crítica situación de sequía en los Parques Nacionales de Doñana (Andalucía) y Las Tablas de Daimiel (Castilla-La Mancha), ambos parajes claves para la biodiversidad y para la supervivencia de distintas especies de aves y su reproducción.

Las precipitaciones de la borrasca Laurence han inundado la marisma de Doñana afectando de manera «muy positiva» al humedal más importante del continente europeo, que encara así «una primavera húmeda», y «positiva» para la reproducción de las aves acuáticas.

Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, organismo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha comentado este martes que «el hecho de que esté lloviendo en días consecutivos, cantidades más o menos importantes, está siendo muy positivo para Doñana», puesto que la «marisma se encuentra con inundaciones y sigue entrando agua en algunos momentos puntuales de manera muy importante», algo que es «positivo para Doñana porque nos va a permitir tener una primavera húmeda con reproducción de las aves acuáticas».

«También vemos que una parte de las lagunas de Doñana están cogiendo agua. Las lagunas tienen agua, la marisma tiene agua y también la vegetación. En las zonas de monte hay mucha agua y eso permite que se produzca una recuperación de esa vegetación», ha abundado en declaraciones a Europa Press.

No obstante, Revilla ha señalado que es «difícil saber» si esta agua es una solución a largo plazo. «Vamos a ver cómo viene lo que queda de primavera en función del calor que haga, de si deja de llover o no. También si se producen cambios importantes en el nivel de la marisma, que eso también puede hacer que fracase una parte de la reproducción. Es un poco pronto para aventurarnos a la hora de pensar cómo va a ser la temporada», ha comentado.

Sin embargo, para el Ayuntamiento almonteño estas lluvias no están sirviendo para recargar el acuífero que alimenta este espacio protegido, debido a la falta de infraestructuras adecuadas para recargar los niveles subterráneos. or ello, ha reclamado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que «adopte medidas urgentes para limpiar y acondicionar estos cauces para que el agua fluya correctamente hacia el acuífero y evitar que se pierda sin posibilidad de aprovechamiento».

Aporte del río Cigüela a Las Tablas

En cuanto a Las Tablas de Daimiel, otro de los principales humedales en la Península, las lluvias de los últimos días han permitido que el río Cigüela (también denominado Gigüela) aporte su caudal a este Parque Nacional. Así lo ha dicho, en declaraciones a este periódico, Salvador Sánchez Carrillo, investigador del CSIC y representante de este organismo en el patronato del Parque.

El Cigüela ha visto resucitar su caudal gracias a las lluvias recogidas en lo que va de marzo en la provincia de Ciudad Real, que rondan los 100 litros por metro cuadrado. Esta aportación ha provocado que el río, que tradicionalmente ha permanecido seco durante años, vuelva a llevar agua.

«Estas lluvias están viniendo bien a Las Tablas porque ahora está empezando a entrar agua desde el Cigüela. Si esto continúa así, las expectativas son buenas para la primavera porque se debería inundar una superficie mayor de la que tiene ahora».

Hasta hace un mes, el único modo de inundar este enclave manchego era a través de bombeo de los pozos de emergencia. El objetivo de esta medida es evitar que la turba bajo el suelo entre en combustión, como ocurrió en 2009, o que los ecosistemas desaparezcan por completo en los periodos más secos.

De hecho, hasta antes de que empezaran las precipitaciones hace un mes, el área encharcada estaba por debajo de las 100 hectáreas, cuando toda la zona inundable de Las Tablas alcanza las 1.800 hectáreas. La última vez que se inundó toda esa superficie fue en 2014. Según el Plan Rector del Parque Nacional, el objetivo mínimo de inundación es de 1.400 hectáreas inundadas a comienzos de primavera y 600 hectáreas a finales de verano.

«Las expectativas son buenas, pero todavía no se puede saber el alcance. Hasta que no pasen unas semanas y veamos si se inunda todo o cómo queda finalmente. Es verdad que ha llovido, pero los suelos estaban muy secos. Ahora ya están más húmedos y es probable que, si sigue lloviendo, sean capaces de retener más agua. En principio las expectativas son buenas y por lo menos hay esperanza de que la primavera sea buena este año», ha concluido el experto.

A este oasis en mitad de la estepa manchega le caracteriza una llanura de inundación, producida por los desbordamientos de los ríos Guadiana y Cigüela en su confluencia. El Cigüela, río con carácter estacional, inunda las Tablas (así se llama la zona inundable adyacente a un río) durante el invierno, mientras que el Guadiana con carácter permanente, aporta agua procedente del acuífero 23 durante todo el año, pero este acuífero está sobreexplotado.

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