![el alzheimer en los perros | salud canina](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202110/06/media/perro.jpg)
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Jueves, 7 de octubre 2021, 00:46
Un perro mayor que muestra un cambio drástico en su personalidad, olvida cosas, se desorienta, duerme de día, empieza a orinar o defecar en casa, aprende cosas nuevas con dificultad o interactúa menos con el propietario, no es simplemente mayor. Podría estar mostrando síntomas de lo que se conoce como el Alzheimer de los perros.
El trastorno en los perrunos se llama técnicamente Síndrome de Disfunción Cognitiva, pero muchos propietarios lo conocen como el Alzheimer de los perros y es el responsable de los cambios muy marcados que aparecen en el comportamiento y en las capacidades cognitivas de algunos animales de edad avanzada. Detrás de este síndrome está un intenso proceso de degeneración del sistema nervioso central.
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Al principio, los cambios en el comportamiento son «sutiles» y poco específicos y no provocan la preocupación del propietario que los atribuye al envejecimiento normal de la mascota: el perro puede ser menos activo, jugar e interaccionar menos con su entorno social, y mostrarse más ansioso de lo que solía ser antes.
Según la fundación animal Affinity, estos signos a menudo pasan desapercibidos hasta que aparecen alteraciones más evidentes que se suelen agrupar en cuatro categorías: alteración de las relaciones sociales, alteración del ciclo sueño-vigilia, desorientación, pérdida de memoria y retraso en el aprendizaje. Desde el punto de vista social, un perro con síndrome de disfunción cognitiva suele disminuir la interacción con el propietario, está menos interesado en recibir caricias o jugar, realiza menos rituales de saludo y muestra menos excitación antes de salir de paseo.
Una vez diagnosticada, esta patología no se puede curar. Sin embargo, existen varias opciones que pueden ralentizar el proceso degenerativo y que pueden mejorar la calidad de vida del animal y aliviar la preocupación de su propietario. Se pueden administrar fármacos, nutracéuticos, dietas especiales y realizar algunas pautas, como mantener una rutina fija de comidas y paseos, evitar cambios en la casa y volver a enseñarle con paciencia y muchos premios los hábitos perdidos.
A pesar de ser simples medidas paliativas, estas opciones pueden ralentizar el curso de la enfermedad y son más efectivas cuando el problema se diagnostica en su fase inicial. Así que es muy importante que un propietario de un perro mayor que detecta un cambio en el comportamiento de su mascota consulte a su veterinario lo antes posible.
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