![Los veterinarios alertan del aumento de bacterias en mascotas por las dietas crudas](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/27/Imagen%20(190443265)-ReKtSeiqRXfzFEeWuwn7XwM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Los veterinarios alertan del aumento de bacterias en mascotas por las dietas crudas](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/04/27/Imagen%20(190443265)-ReKtSeiqRXfzFEeWuwn7XwM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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No es una cuestión menor. La alimentación es básica, en humanos y también en animales. Y cada vez se está poniendo más de moda un tipo de dieta, enmascarada como 'natural', que en realidad supone un serio peligro tanto para las mascotas como para las ... personas. Los veterinarios dan la voz de alarma. Varios estudios han detectado un aumento de los casos de perros o gatos infectados por determinadas bacterias o parásitos presentes en las carnes crudas que, además de requerir muchas veces su ingreso hospitalario, pueden llegar a transmitirse a las personas con las que conviven, especialmente a niños, ancianos e inmunodeprimidos.
Y la responsable es la moda de las dietas BARF (alimentación cruda biológicamente apropiada). No se dejen engañar por lo de 'biológicamente apropiada'. Nada más lejos de la realidad, según los veterinarios, que subrayan que, «a día de hoy, no existe ni una evidencia científica que avale que esta alimentación es biológicamente beneficiosa» para los animales de compañía. Por contra, sí que existen pruebas de que estas dietas basadas en alimentos crudos «pueden ser una fuente de contaminación para animales y humanos». Lo dice José Manuel Martínez Gómez-Rodulfo, miembro de la Comisión de Clínicos del Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV), autor de un informe en el que se muestra igual de tajante y no recomienda en absoluto este tipo de dietas.
La responsable de la Comisión de Clínicos de esta entidad, María Vitoria, añade otros efectos perniciosos para las mascotas y las personas como el peligro de contaminación bacteriana, daños orales o intestinales, así como deficiencias nutricionales.
BARF: Acrónimo del inglés 'Biologically Appopiate Raw Food', es decir, Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada.
Características: Comida cruda basada en huesos, carne, vísceras, órganos, huevos, leche en proporción mayoritaria con frutas, legumbres y vegetales igualmente crudos.
Origen: Se atribuye al veterinario australiano Ian Billinghurst, quien la popularizó en la década de 1990. Argumentaba que los alimentos procesados comerciales para mascotas no eran saludables y que una dieta más natural y cruda sería más beneficiosa para ellos.
Filosofía: Recuperar la alimentación de los ancestros de nuestros actuales animales de compañía, los lobos y gatos salvajes.
Infecciones: Los perros y gatos desarrollan infecciones por determinadas bacterias o parásitos presentes en las carnes crudas como la Escherichia coli, la Salmonella spp, así como al parásito Toxoplasma Gondii.
Otros: Contaminación bacteriana, daños orales o intestinal secundarios, obstrucciones, fracturas dentales y/o estreñimiento, degenerar en deficiencias nutricionales.
Antibióticos: Los gatos y perros que toman este tipo de alimento pueden tener menos respuesta a los antibióticos, ya que estas bacterias son resistentes a los mismos.
Y el peligro no sólo lo corre el perro o gato, también sus dueños. De hecho, un estudio de la Universidad de Bristol (Inglaterra) en el que participaron médicos y veterinarios confirmó que las dietas BARF podrían convertirse incluso en un problema de salud pública. La investigación, que involucró a 600 perros, pretendía indagar por qué se registraba una alta presencia de la bacteria Escherichia coli (más conocida como E-coli) en las heces de estos animales. Los resultados revelaron una conexión entre los perros alimentados con carne cruda y la excreción de esta bacteria, concretamente de una cepa resistente a la ciprofloxacina, un antibiótico de amplio espectro. Esto implicaría que una bacteria como esta –presente en el intestino delgado de humanos, perros y otros mamíferos pero peligrosa y difícil de eliminar si su concentración es alta– podrían estar trasladándose entre seres humanos, animales de granja y perros a través de la alimentación con carne cruda.
Por otra parte, las facultades de Veterinaria de la Universidad de Utrecht (Holanda) y de Uppsala (Suecia) hablan, además de la transmisión de la E-coli, de otras bacteria como la de la salmonella o del parásito Toxoplasma Gondii, frente a las cuales los antibióticos conocidos suelen tener también una respuesta limitada o incluso nula.
La preocupación es tal que la Comisión de Clínicos de Pequeños Animales del ICOVV está preparando una jornada específica para formar a los veterinarios sobre las dietas BARF y sus peligros.
Como en todo, también existe un componente económico en esta moda. Los defensores de la dieta BARF argumentan, además de la vuelta a lo 'natural', que existe un conflicto de intereses por parte de la industria alimentaria y los veterinarios que promueven los alimentos procesados (los piensos secos o húmedos). El veterinario José Manuel Martínez, director de la Clínica Ayora, asegura que, detrás de esos alimentos demonizados como procesados, «hay mucha ciencia» y pasan muchos controles de seguridad alimentaria que los hacen «más saludables que los que se consideran 'naturales'». En los piensos y la comida húmeda, las marcas distinguen entre la especie, tamaño, edad y estado fisiológico y patológico del animal de compañía.
Este especialista advierte de que, también detrás de la alimentación BAFF, hay intereses económicos. De hecho un simple vistazo por internet sirve para descubrir decenas de webs que ofrecen dietas para mascotas basadas en alimentos crudos. Y no son más económicas, no es este tampoco el motivo principal de que se hayan disparado. El coste, atendiendo a las webs que se anuncian online con preparados ya realizados, oscilaría entre 1 y 2,62 euros al día, en el caso de perros de más de 25 kilos. Si se opta por elaborar en casa la comida, el coste se dispararía, además de correr el riesgo de ofrecer una alimentación nada equilibrada y con muchas carencias. En el caso de los piensos, si se opta por una marca de prestigio recomendada por veterinarios, el coste máximo al día rondaría los 2 euros.
Este tipo de dieta para animales de compañía reviste de 'natural' una alimentación como la que tenían los ancestros de perros y gatos, es decir, los lobos y gatos salvajes. Todo ello se difunde a través de mensajes publicitarios o recursos de marketing, en internet y redes sociales, como la cura a diversas patologías, señalan desde el ICOVV. Afirman, incluso, que esta dieta mejora el pelo, la piel, los dientes y los huesos, las digestiones y deposiciones del animal, y hasta les otorga longevidad. «Los seguidores de este movimiento abrazan esta práctica casi como una religión», apunta el veterinario José Manuel Martínez, de la Clínica Ayora. El origen de la dieta BARF se atribuye al veterinario australiano Ian Billinghurst, quien la popularizó en la década de 1990. Argumentaba que los alimentos procesados comerciales para mascotas no eran saludables y que una dieta más natural y cruda sería más beneficiosa para ellos. No tenía en cuenta, como destacan desde el ICOVV citando estudios del Colegio Americano de Nutrición Veterinaria, que los animales de compañía han evolucionado en su digestión y en su metabolismo, al igual que la especie humana, por lo que este tipo de dieta no sería adecuada. El experto de la Clínica Veterinaria Ayora sólo admitiría una alimentación cruda en casos de intolerancias alimentarias diagnosticadas y siempre bajo una estricta supervisión veterinaria y nutricional, con complementos minerales para que la dieta fuera completa y equilibrada.
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