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Dos policías se protegen del coronavirus en Lombardía, región donde trabaja la médica valenciana María Vilar. EFE
Una médico valenciana en el foco del coronavirus: «Estamos totalmente desprotegidos»

Una médico valenciana en el foco del coronavirus: «Estamos totalmente desprotegidos»

La sanitaria asegura percibir una sensación de alarma y relata que los pacientes piden la baja al tener «miedo a ir a trabajar» | «En el resto de Italia no quieren que vaya la gente de Lombardía y si vas te dejan en aislamiento dos semanas»

EFE

Martes, 25 de febrero 2020, 18:26

La médico valenciana María Vilar trabaja en la región de Lombardía, una de las que registra más pacientes de coronavirus, y alerta de que muchos doctores de familia, como ella, están «totalmente desprotegidos» mientras percibe una sensación de alarma y pacientes piden la baja al tener «miedo a ir a trabajar».

Los médicos de familia, según relata en una entrevista telefónica con EFE, aplican los protocolos que el Gobierno va actualizando ante una situación que ha hecho saltar la alarma entre la población y que podría tener graves repercusiones económicas por la paralización general de la actividad.

Las autoridades han autorizado de manera «excepcional» a los médicos a dar la baja de manera telefónica, sin tener que visitar a los pacientes, y Vilar, que trabaja como médico de familia a 35 kilómetros de Milán, está recibiendo llamadas para que les dé la baja «sin tener ningún síntoma ni enfermedad, solo por el miedo a ir a trabajar».

Vilar vive desde hace cuatro años en Cassolnovo, en la región de Lombardía (norte de Italia), junto a su marido, Pietro Rinaldi -cirujano torácico en el hospital Policlínico San Mateo de Pavía, al que llegan todos los casos más graves de afectados por coronavirus-, y a su hijo, de 4 años y al que llevaron a casa de la abuela materna -a seis horas en coche- ante el aumento de casos en la zona. Pese a que el lunes y martes los niños no tenían colegio con motivo del Carnaval, las autoridades han suspendido las clases hasta, al menos, el 1 de marzo.

La doctora ha explicado que no saben cuándo podrán ir a por su hijo porque además ahora «en el resto de Italia no quieren que vaya la gente de Lombardía», y «si vas -lamenta-, te dejan en aislamiento dos semanas». Aunque en su municipio todavía no se ha decretado el aislamiento, hay ya «bastante desabastecimiento» en los supermercados, donde «solo queda la pasta que no le gusta a nadie» y las cajeras atienden con mascarilla y guantes.

Además, ya hay quien «se ha encerrado con llave en casa» y en los grupos de Whatsapp del colegio se debate sobre la gravedad del asunto «entre las madres que son muy histéricas y las que no». En cuanto a su trabajo diario, Vilar explica que los protocolos van cambiando y resulta complicado trabajar con las directrices marcadas por las autoridades, ya que además el sistema sanitario italiano, en cuanto al médico de familia, es muy diferente al español, pues trabajan como autónomos con convenio con el Gobierno y ella tiene dos consultas en las que es la única trabajadora.

Los últimos comunicados, ha señalado, les indican que nadie puede acudir sin cita previa, que no puede haber más de dos personas en la sala de espera y que directamente «no vayan» quienes presenten «síntomas de resfriado». Ella misma ha puesto un cartel en la puerta para que «no entren», sino que «llamen y expliquen qué les pasa», y se les ha facilitado una escala de triaje para ver riesgos: «Si hace falta verles, tenemos que ir a su casa, con mascarillas» que nadie les ha facilitado.

Si se sospecha de un posible positivo en coronavirus, los médicos deben llamar a unos números concretos para que vayan a su casa a hacerles un tampón faríngeo (en cuatro horas se sabe si es positivo) y se quedan en aislamiento en su casa dos semanas «si están bien y, si no, se activa un protocolo y se les recoge con una ambulancia». Sin embargo, Vilar señala que trabaja con una mascarilla que le ha traído su marido. «Estamos completamente desprotegidos», añade para lamentar que pese al cartel de no entrar si está constipado, a ella el lunes le entraron tres personas resfriadas a su consulta.

Explica que este martes han recibido un correo electrónico de las autoridades sanitarias donde les indican que «próximamente» se les distribuirán «las mascarillas, desinfectantes y una bata». En cuanto a la situación de su marido, Vilar indica a EFE que sigue operando, porque «se mantienen las urgencias» y operaciones como las oncológicas, pero «se han cancelado las programadas que no son necesarias, así como las citas de control».

Porque además, añade, «hay falta de personal en muchos equipos sanitarios», pues «muchos enfermeros y médicos han dado positivo al tampón y, pese a estar bien, están en aislamiento en sus casas». En su opinión, «la gripe de todos los años mata a mucha gente, pero esto es un virus nuevo que no sabemos cómo va a evolucionar y cuanta menos gente se contagie, menos ancianos y pacientes vulnerables van a morir, y menos jóvenes tendrán neumonías fulminantes».

Y apunta al problema económico que se puede producir porque está todo «superparado»: «El norte de Italia es el motor económico y de repente las empresas no están trabajando porque los empleados no acuden», según María Vilar, quien advierte: «No sabemos cuándo va a terminar esto, por lo que no se puede programar un aplazamiento de las cosas».

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