La mejor leche de España se vende en Mercadona, según la OCU

La leche de vaca es la única que puede considerarse realmente «leche», según afirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que acaba de publicar un estudio sobre la calidad de las que se venden en los supermercados. Dependiendo de su contenido en grasa, hay leche entera, leche entera (3,5% de grasa), leche desnatada (menos de 0,5%) y semidesnatada: esta es la preferida de muchos usuarios y la más consumida en nuestro país es la leche semidesnatada. Un análisis de la OCU compara la leche semidesnatada en España que se vende en brick y ha determinado que la mejor se vende en Mercadona. Y el dato no es nuevo: un estudio de 2021 llegó a la misma conclusión.

El informe de 2022, en el que se han analizado 38 marcas diferentes que están a la venta en los supermercados, ha considerado la leche semidesnatada de la firma Hacendado como la 'Compra Maestra', con una puntuación de 78 sobre 100, por encima del resto. En el estudio solo 7 de las marcas estudiadas pueden calificarse como muy buenas, según la OCU, que destaca por encima de todas la de Mercadona, con un precio de 74 céntimos el litro.

Según informa Mercadona, los proveedores totaler que producen la leche de Mercadona son COVAP (Andalucía), Naturleite (Galicia), Làctia (Catalunya), Lactiber (Castilla y León), Iparlat (Euskadi y Cantabria) y Lactazor (Región de Murcia). La leche semidestanata es envasada por Naturleite, una filial del grupo andaluz Covap (Cooperativa ganadera del Valle de los Pedroches, en Córdoba), que comenzó a producir leche gallega en 2018 tras la compra de la rama de actividad de Leche Celta de Lugo.

De la leche semidesnatada la OCU destaca en su informe su cremosidad e intensidad, cualidades que han sido valoradas por los consumidores.

Tras Mercadona se sitúan la leche de El Buen Pastor, que se vende en El Corte Inglés o Carrefour, seguida por Clesa Bienatur (Alcampo), Llet Nostra (de cooperativas de Cataluña), Beyena, Pascual y Alipende, todas estas últimas igualadas con 70 puntos.

En el mercado hay muchos tipos de leche, explica la OCU. La leche, sin más, la de toda la vida, que según su cantidad de materia grasa puede ser leche entera (3,5% de grasa), leche semidesnatada (entre 1,5 y 1,8% de grasa) o leche desnatada (menos de 0,5% de grasa). La semidesnatada, versátil y completa, es la más consumida por los españoles: es la preferida en el 30% de los hogares, frente al 22% de la entera y el 20% de la desnatada.

Junto a ella hay leches «con», leches enriquecidas, a las que se añaden vitaminas y minerales, que son los únicos ingredientes que se pueden añadir a la leche sin que deje de ser leche. Habitualmente estas leches están enriquecidas con calcio o con vitaminas A y D, vitaminas liposolubles que se suelen añadir en leches desnatadas.

Y leches «sin», es decir, las famosas leches sin lactosa. Este tipo de leche ha experimentado un enorme auge en los últimos tiempos; aunque su publicidad nos intente convencer de que sienta mejor, realmente solo son necesarias para personas con intolerancia a la lactosa. Para elaborar estas leches, no se retira la lactosa, simplemente se añaden enzimas que transforman la lactosa en dos azúcares (la glucosa y la galactosa) que son absorbidos por el organismo sin problemas.

Para que la leche sea apta para el consumo, debe someterse a un proceso térmico:

• La leche pasterizada o «fresca» ha seguido una pasteurización; consiste en un tratamiento térmico suave que destruye las bacterias patógenas, pero permite mantener las características nutritivas y sensoriales. Esta leche suele venderse en botella, debe mantenerse en frío y su fecha de caducidad es corta (alrededor de 7 días). La pasterización alta, otra variante, tiene una fecha de caducidad más larga.

• La leche UHT (Ultra Hight Temperature) es la clásica en brik, la más consumida. La leche se somete a temperaturas elevadas durante un tiempo muy corto. Cuanto más corto sea el tiempo mejor se mantienen las propiedades nutritivas y organolépticas del producto final, por lo que el tratamiento directo (inyección de vapor en la leche) es mejor que el indirecto. La leche UHT se conserva perfectamente a temperatura ambiente durante 3-4 meses.

• La leche esterilizada se vende en botellas de plástico, con una duración de consumo de 5 a 6 meses. La esterilización consiste en un proceso de alta temperatura durante un tiempo prolongado, por lo que presenta una degradación nutricional y organoléptica mucho mayor que la leche UHT.

En conjunto, la leche que consumimos es de buena calidad, pero hay diferencias entre ellas. En la calidad de la leche influyen muchos aspectos:

• La estación del año, la edad del animal, el momento del ciclo de lactación del animal.

• El envejecimiento de la leche.

• Unos grados extra en el tratamiento térmico de esterilización.

• Una temperatura excesiva en la cisterna de transporte.

• Un almacenamiento más prolongado de lo ideal.

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