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Las mejores bromas fáciles para el Día de los Inocentes: del monigote de papel al cojín de pedos
28 de diciembre ·
Una jornada en la que los más bromistas sacan la artillería pesada para atacar a las víctimas con las mejores inocentadaSecciones
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28 de diciembre ·
Una jornada en la que los más bromistas sacan la artillería pesada para atacar a las víctimas con las mejores inocentadaAT
Viernes, 27 de diciembre 2024, 21:29
Cada 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, una jornada en el que los más bromistas sacan la artillería pesada para atacar a las víctimas con las mejores inocentadas. Algunas más clásicas, otras más elaboradas y otras un tanto pesadas, es un momento para gastar una broma y que esta acción esté justificada.
Si no se te ocurre ninguna broma que gastar, aquí te proponemos algunas muy clásicas y sencillas para sorprender a amigos y familiares en el único día en el que (casi) todo vale.
Cambiar el azúcar por la sal
Todo un clásico en el mundo de las bromas, pero tiene garantizado el éxito. Se trata de cambiar los recipientes de la sal y del azúcar, dos productos que se usan a diario y fácilmente confundibles.
Artículos de broma
Los recordarán quienes fueron niños de la generación de la EGB. Algunos aún se venden: bombas fétidas, azucar mosca, cigarrillos explosivos, polvos de estornudar, anillo ducha, levanta platos, escarabajos pum! y muchos más.
Ataque de caspa
La sal es, de nuevo, la protagonista de la broma. Vierte sobre tu cabeza un poco de sal y llama a algún amigo o familiar pidiéndole consejo al percibir algo raro en la cabeza. La cara al ver toda esa cantidad de caspa repentina en el inocente, que se quedará sin saber qué decir, no tiene desperdicio alguno.
Echar aceite o vinagre en la bebida
Siguiendo la línea de bromas en la cocina, otra buena idea es ofrecerte a preparar el desayuno y echar en un zumo o en el café un poco de aceite o de vinagre. Estará de todo menos delicioso.
No queda jabón
Esta broma consiste en coger una pastilla de jabón y pintarla entera con esmalte de uñas transparente. De esta forma, al mojar el jabón y frotarlo con las manos no saldrán burbujas y parecerá que no queda.
Maleta pesada
Esta broma consiste en colocar en mitad de una calle una maleta muy pesada, vestirnos como si fuésemos turistas y confiar en la humildad de los ciudadanos, a los que les pediremos que si nos pueden hacer el favor de transportarnos la maleta. Las carcajadas están garantizadas al comprobar que la persona trata de levantar la maleta y le es imposible desplazarla.
Pasta de dientes
Aunque un tanto pringosa para la víctima, realizarla es de lo más fácil. El bromista tiene que cambiar cualquier crema de uso diario por pasta de dientes, de manera que cuando la utilice se manche de dentrífico. Otra variante sería colocar pasta de dientes o cualquier otro ungüento en las manos de la otra persona mientras duerme para que se toque la cara y al levantarse y mirarse en el espejo vea lo que ha aparecido en su piel. En vez de pasta se pueden utilizar también otros productos para ejecutar la broma como mayonesa o kétchup.
Cambiar la hora del reloj
Aprovecha un momento de descuido de la víctima para coger su reloj y cambiarle las horas. Puedes adelantarlo y que el inocente llegue más pronto que nadie a los lugares concertados y que duerma menos tiempo o retrasarlo y ser el responsable de que llegue tarde a su destino. Tú decides.
Palillo en el timbre
Una broma que nunca pasa de moda. Quién no ha recorrido las calles llamando al timbre o al telefonillo para después esconderse rápidamente y ver la reacción de la víctima. Basta con colocar un palillo en el interruptor del timbre para sacar de quicio a cualquiera. El eterno riiiiiing o ding-dong volverá loco a cualquier inquilino.
El truco de la moneda
Andar por la calle, ver una moneda o un billete y agacharse a recogerlo es un acto, prácticamente, instintivo. Por ello, está broma tiene aseguradas más de una carcajada. Se trata de fijar al suelo una moneda o un billete y esperar a que alguien intente despegar el premio encontrado en mitad de la calzada. Otra opción parecida es atar a la moneda o al billete una cuerda, y en el momento de atraparlo, tirar para que el inocente no logre cogerlo.
Puertas atadas
Ata con una cuerda el pomo de una puerta al de otra que se encuentre justo enfrente y asegúrate de que esté bien tensa. Así, ninguna persona que se encuentre detrás podrá abrir alguna de estas puertas.
Dar un susto
Sencillo pero eficaz si nos escondemos bien. No hay nada mejor que ocultarse tras una puerta, debajo de la cama o de la mesa, tras un pilar o una esquina, apagar todas las luces de la casa... cualquier rincón es útil si se alcanza el objetivo deseado.
Crema hidratante en la toalla
Una broma un tanto pesada. Las toallas son elementos de uso diario. Por eso, nadie sospechará que has echado crema en ellas cuando vayan a secarse las manos o la cara.
Pegar un monigote en la espalda
El clásico de los clásicos. Pegar algo en la espalda de alguien es una de las bromas más recurridas. Una nota escrita o cualquier figura son algunas opciones, pero este día tiene especial sentido colocar el muñeco blanco, que se ha convertido ya en símbolo de los Santos Inocentes. La víctima caminará todo el día con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta, hasta que se caiga o alguien se lo diga.
Cambiar las letras del teclado
Una idea sencilla para gastar bromas es cambiar la posición de las teclas del teclado, aunque eso sí, asegúrate que es fácil volverlas a introducir y que no se va a dañar el instrumento. Otra brome para que la confusión derive en diversión es colocar una pegatina o un papel pegado a la parte de abajo del ratón para evitar que funcione.
Llamada en oculto
Abre la lista de contactos o agenda del móvil y selecciona uno de ellos. Prepárate una buena mentira y pulsa #31# seguido del número de la persona a la que queremos engañar. A esta le aparecerá en su pantalla que un teléfono desconocido intenta contactar con ella. Intenta aguantarte la risa y cambiar la voz para que no te descubran.
Cojín de pedos
Otro gran clásico y de venta por poco dinero en cualquier tienda de chucherías o juguetes. Nunca pasa de moda. El clásico cojín que hace ese desagradable ruido al sentarse en la silla en la que ha sido colocado.
Maleta pesada
Esta broma consiste en colocar en mitad de una vía una maleta muy pesada, vestirnos como si fuésemos turistas y confiar en la humildad de los ciudadanos, a los que les pediremos que si nos pueden hacer el favor de transportarnos la maleta. Las carcajadas están garantizadas al comprobar que la persona trata de levantar la maleta y le es imposible desplazarla.
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