![Las mejores bromas para gastar el Día de los Santos Inocentes](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201912/26/media/cortadas/dia-santos-inocentes-kA2G-U9010621945869uH-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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LAS PROVINCIAS
Jueves, 26 de diciembre 2019
Cada 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, en el que los bromistas sacan su mejor artillería para atacar a las víctimas con las mejores 'inocentadas'. Algunas más clásicas, otras más elaboradas y otras un tanto pesadas, es la jornada perfecta para gastar una broma y que esta acción esté justificada.
El origen de esta celebración está relacionado con la religión cristina y se remonta a la matanza de niños menores de dos años de Belén que encomendó el rey Herodes para encontrar al Mesías, que había nacido hace poco. Todos estos niños asesinados eran inocentes.
Este trágico desenlace ha ido derivando a que, en el actualidad, sea tradición gastar bromas a todos esos inocentes que las van a recibir, les agrade o no. Los comercios se apuntan también a esta celebración decorando sus escaparates y hasta los medios de comunciación se vuelcan con una programación especial para festejar el Día de los Santos Inocentes.
Si no se te ocurre ninguna broma que gastar, aquí te proponemos algunas para sorprender a amigos y familiares en el único día en el que (casi) todo vale.
Todo un clásico en el mundo de las bromas, pero tiene garantizado el éxito. Se trata de cambiar los recipientes de la sal y del azúcar, dos productos que se usan a diario y fácilmente confundibles.
Siguiendo la línea de bromas en la cocina, otra buena idea es ofrecerte a prepar el desayuno y echar en un zumo un poco de aceite o de vinagre. Estará de todo menos delicioso.
Esta broma consiste en coger una pastilla de jabón y pintarla entera con esmalte de uñas transparente. De esta forma, al mojar el jabón y frotarlo con las manos no saldrán burbujas y parecerá que no queda.
Aprovecha un momento de descuido de la víctima para coger su reloj y cambiarle las horas. Puedes adelantarlo y que el inocente llegue más pronto que nadie a los lugares concertados y que duerma menos tiempo o retrasarlo y ser el responsable de que llegue tarde a su destino. Tú decides.
Una idea sencilla para gastar bromas es cambiar la posición de las teclas del teclado, aunque eso sí, asegúrate que es fácil volverlas a introducir y que no se va a dañar el instrumento. Otra brome para que la confusión derive en diversión es colocar una pegatina o un papel pegado a la parte de abajo del ratón para evitar que funcione.
Andar por la calle, ver una moneda o un billete y agacharse a recogerlo es un acto, prácticamente, instintivo. Por ello, está broma tiene aseguradas más de una carcajada. Se trata de fijar al suelo una moneda o un billete y esperar a que alguien intente despegar el premio encontrado en mitad de la calzada. Otra opción parecida es atar a la moneda o al billete una cuerda, y en el momento de atraparlo, tirar para que el inocente no logre cogerlo.
Colocando una bocina pegada con cinta adhesiva en la pared, a la altura del pomo de la puerta, se despertará todo el vecindario. Al abrir la puerta, el potente ruido hará que la víctima pegue un buen salto.
Sencillo pero eficaz si nos escondemos bien. No hay nada mejor que ocultarse tras una puerta, debajo de la cama o de la mesa, tras un pilar o una esquina, apagar todas las luces de la casa... cualquier rincón es útil si se alcanza el objetivo deseado.
Aunque un tanto pringosa para la víctima, realizarla es de lo más fácil. El bromista tiene que cambiar cualquier crema de uso diario por pasta de dientes, de manera que cuando la utilice se manche de dentrífico. Otra variante sería colocar pasta de dientes o cualquier otro ungüento en las manos de la otra persona mientras duerme para que se toque la cara y al levantarse y mirarse en el espejo vea lo que ha aparecido en su piel. En vez de pasta se pueden utilizar también otros productos para ejecutar la broma como mayonesa o kétchup.
La sal es, de nuevo, la protagonista de la broma. Vierte sobre tu cabeza un poco de sal y llama a algún amigo o familiar pidiéndole consejo al percibir algo raro en la cabeza. La cara al ver toda esa cantidad de caspa repentina en el inocente, que se quedará sin saber qué decir, no tiene desperdicio alguno.
Basta con colocar un palillo en el interruptor del timbre para sacar de quicio a cualquiera. El eterno ding-dong volverá loco a cualquier inquilino.
Pegar algo a la espalda de alguien también es una de las bromas más recurridas. Una nota escrita o cualquier figura son algunas opciones, pero este día tiene especial sentido colocar el muñeco blanco que se ha convertido ya en símbolo de los Santos Inocentes. La víctima caminará todo el día con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta, hasta que se caiga o alguien se lo chive.
Abre la lista de contactos o agenda del móvil y selecciona uno de ellos. Prepárate una buena mentira y pulsa #31# seguido del número de la persona a la que queremos engañar. A esta le aparecerá en su pantalla que un teléfono desconocido intenta contactar con ella. Intenta aguantarte la risa y cambiar la voz para que no te descubran.
Esta broma consiste en colocar en mitad de una vía una maleta muy pesada, vestirnos como si fuésemos turistas y confiar en la humildad de los ciudadanos, a los que les pediremos que si nos pueden hacer el favor de transportarnos la maleta. Las carcajadas están garantizadas al comprobar que la persona trata de levantar la maleta y le es imposible desplazarla.
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