'El método de la lata', la última idea de los ladrones para robarte el coche en un descuido

Los ladrones siempre idean planes con los que conseguir sus objetivos. Cuando quieren robar en una vivienda hacen marcas o ponen testigos, aunque en algunos casos han levantado las sospechas de los dueños antes del robo. Con los coches más o menos ocurre igual, en estos casos los delincuentes o bien buscan algo del interior o directamente escapar con el vehículo para su posterior negocio ilícito. Se conocen muchos planes ideados para robar un coche pero el último es un ejemplo de hasta dónde pueden llegar las ideas de los ladrones para salirse con la suya. Así consiguen robarte el coche en pleno momento de confusión.

Es bastante conocido el método de robar un coche en carretera aparentando ser buena persona y alertando a otro conductor de que algo en su vehículo no va bien. En ese instante el conductor alarmado detiene la marcha y el que le ha avisado para, en principio, con el objetivo de ayudarle. A la mínima que el conductor baja del vehículo para inspeccionar el estado exterior, uno de los ocupantes del coche alertador baja con sigilo para subirse y escapar a toda velocidad. Resultado: El conductor se queda tirado en plena carretera, sin coches ni medios para notificar el robo.

Pues los ladrones parece que no dejan de idear nuevas fórmulas o nuevos métodos para cometer robos. El último es muy simple y con muy pocos utensilios pueden robar el coche en un momento de confusión. Los ladrones cogen una cuerda y una lata de refrescos y la atan a la parte inferior del paragolpes. Al emprender la marcha el conductor, asustado, escuchará un ruido fuerte en los bajos de su coche, pero ya será tarde. Cuando el conductor, al iniciar la marcha, decida bajarse alarmado por el ruido, los ladrones, que habrán emprendido la marcha tras él, bajarán corriendo para accerder al coche y huir.

Los delincuentes aprovechan el momento en el que el conductor revisa los bajos del coche mientras sale del vehículo dejando el motor encendido y la puerta abierta. Un ladrón accede a toda velocidad al interior del vehículo y así no tiene oposición para seguir la marcha.