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Mikel Herrán, doctor en arqueología y divulgador en redes conocido como 'PutoMikel', ha visitado recientemente el programa 'El Intermedio' para ofrecer una perspectiva histórica poco conocida sobre el desvío del río Turia en Valencia, una obra de ingeniería monumental que, según explica Herrán, no fue una iniciativa espontánea del régimen franquista, como muchos creen, sino un proyecto largamente debatido y preparado por ingenieros.
Tras la trágica riada de 1957, que devastó la ciudad de Valencia, se ejecutó el conocido Plan Sur, una operación destinada a desviar el cauce del río Turia para evitar futuros desastres y, a la vez, facilitar la expansión de la ciudad. «Yo sé que hay mucha gente que se piensa que Franco desvió él mismo el cauce del río Turia, como si fuese el mismísimo Hércules, pero el Plan Sur no fue una ocurrencia del generalísimo», explica Herrán.
El arqueólogo subraya que la idea de desviar el río ya estaba en discusión medio siglo antes de la riada de 1957, especialmente como una respuesta al crecimiento urbano de Valencia. «No tanto por las riadas, sino para solucionar el crecimiento urbano de Valencia», puntualiza el experto, evidenciando que la obra tenía objetivos más amplios y a largo plazo.
La gran riada de 1957 fue un desastre mal gestionado por el franquismo, cuyas decisiones dejaron mucho que desear, según Herrán. Además de las cifras de víctimas, cuya verdad el régimen trató de esconder, «las cifras oficiales tardaron cuatro meses en darse a conocer y aseguraron que solo hubo 81 muertos, y eso que dos de ellos fueron añadidos en el último momento». Sin embargo, «en los periódicos hablaban de más de 300 fallecidos», recuerda.
El régimen respondió con tardanza y con una estrategia calculada de imagen pública. Franco visitó la zona devastada, «pero no lo hizo cuatro días después, sino tres semanas después», explica el colaborador, recordando la reciente gestión de visitas tras desastres como la DANA. La indignación se extendió entre los ciudadanos, y aunque el régimen prometió ayuda, la llegada de fondos se retrasó más de cinco meses, generando protestas lideradas por figuras de la sociedad valenciana, como el periodista Martí Domínguez, que denunció en 1958 el «abandono y la corrupción del régimen» durante el discurso de proclamación de la Fallera Mayor.
Las consecuencias de esta denuncia no se hicieron esperar: Franco hizo «un par de llamaditas» que derivaron en la dimisión del alcalde y presiones sobre el periódico de Domínguez. Fue cuatro meses después de estas «llamaditas» cuando se iniciaron las obras del Plan Sur, dando comienzo a un proyecto que, aunque vital para la seguridad de Valencia, queda marcado por las intervenciones del régimen.
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