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AFP
Una moda peligrosa

Una moda peligrosa

Los elocuentes deportistas registran sus hazañas en las redes sociales

A. PANIAGUA

Domingo, 11 de noviembre 2018, 20:34

Este hombre que parece levitar sobre la vía del ferrocarril no es ningún ilusionista. Puede que esté un poco loco, como todos los amantes del riesgo. Pero no se está inmolando. Simplemente es un turista que practica la última moda en Hanói (Vietnam): apurar hasta el último momento y retirarse antes de que la locomotora le haga papilla. Está en el casco antiguo de la capital vietnamita, donde los raíles están a un palmo de las casas. Aquí los vecinos del barrio no esquivan coches ni motocicletas, sino un ferrocarril entrometido que corre como un relámpago a pocos centímetros de los edificios. Los residentes están tan acostumbrados a su presencia que la gente hace una vida normal. Las ancianas pasean en medio del balasto regando sus plantas como si tal cosa. Los hombres se afeitan despreocupados. Tienen tan interiorizado el temblor ferroviario, que antes de que asomen los vagones se desplazan al interior de sus casas. Salvo este botarate. Todo para hacer una foto que colgar en Instagram y poder ufanarse ante sus amigos de la proeza. Un magnífico tren de vida.

Frecuencia

Dos veces al día pasa el tren por el barrio viejo, a las 15.30 y a las 19.30 horas. ¿Por qué no se soterran las vías? Todo llegará. En 2020 está prevista la inauguración de las primeras líneas de metro de la ciudad, poblada por siete millones de personas. El empeño se antoja complicado. Hanói es una ciudad con decenas de lagos, de modo que el subsuelo es muy pantanoso.

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🚆Street 😎😉 #Hanoi#trainstreet#Vietnam

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Caminos de hierro

El barrio antiguo de Hanói rebosa de talleres artesanales que hacen ropa, zapatos, bolsos y sombreros, entre otros artículos. La ciudad se extiende horizontalmente, con edificios que no suelen superar las dos plantas. Los raíles son como senderos que se adentran por las calles para dirigirse al puente de Long Good. Cuando se oye el traqueteo del ferrocarril, los peatones y niños despejan la vía. Hay quien incluso mete la motocicleta en casa para que los vagones puedan pasar.

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