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Quique Camps
Sábado, 8 de julio 2023, 00:36
Nos vamos de festival, la idea me encanta, pero no resulta tan fácil conseguir las codiciadas entradas; es una carrera de obstáculos. Primero hay que ... estar atentos cuándo salen a la venta, fecha y hora, tener el portátil a punto y no distraerse ni un minuto, porque te puedes quedar sin ellas, pero esta vez hemos tenido suerte y ya tengo los QR en mi poder. Ahora sólo queda que llegue el día, o mejor, los días, porque ir de festival es una aventura fascinante: llegar al control y que te pongan la pulsera es estar dentro, llegar a la meta, alcanzar la gloria. Los festivales de música son uno de los mayores reclamos para numerosos melómanos, que como yo disfrutan de muchos de ellos.
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Este año, sólo en nuestro país hay confirmados más de 200 ¡Vente! Yo tengo mi preferido, ahora os cuento y os digo cuál es.
La primera edición de Coachella se celebró en 1999. Música y artes, además de mucha moda, se dan cita en Indio California en el mes de abril. Personalmente creo que ha influido mucho en el resto de festivales, sobre todo a la hora de vestir; cada año son miles de personas las que asisten y entre ellos multitud de famosos e influencers de todo el mundo (todos recordamos aquella imagen de Kate Moss con botas de agua y barro hasta las rodillas). Es espectacular todo lo que allí se puede ver, por eso os digo que es mi favorito, lo sigo desde hace mucho tiempo y me fascina cómo se preparan los looks los asistentes al evento.
Los festivales son encuentros sociales y culturales, la música, las atracciones, la gastronomía, los juegos y todo lo que puedas imaginar se dan cita en ellos para hacer del ocio un acontecimiento único.
Pues bien, ha llegado el día, ya estoy aquí con mi grupo de amigos. ¡Hoy nos lo hemos puesto todo! Lentejuelas con batín de gasa en colores flúor llevan mis amigas, ahora llega Paula con bikini de ante en color marrón y botas cowboy, abanico en mano y mucha actitud. Yo he sacado una levita negra sin mangas con pantalón de deporte y zapatillas Converse, llevo un sombrero de copa, el que mi abuelo llevó en su boda, estoy muy total o por lo menos así me veo yo, al fin y al cabo se trata de divertirse, hacer combinaciones originales y arriesgadas. ¡Estamos de fiesta y el cuerpo lo sabe!
Es el cosquilleo que uno tiene cuando sabe que va a salir lo que te llena de emoción, y la ocasión lo merece. Mis amigos van increíbles con mini short vaquero y una banda que les cubre el pecho, gorra y botas militares. Otros apuestan por pantalones cargo y camisetas de tirantes, en el cuello cadenas y collares de perlas que se pusieron de moda ya hace un tiempo y parece que han venido para quedarse y ahora se combinan con collares de brillantes, toda una fantasía. Estamos cerca del escenario y empieza a llegar mucha gente, mucho color, desde el 'hippie chic' que consiste en revivir los atuendos propios de los 60 y 70 -una moda muy atractiva por su rollo despreocupado, ropa holgada, de materiales orgánicos y mezcla de colores-, pasando por el boho chic más bohemio.
También hay tendencias pop y, desde luego, muchas camisas estampadas, la mayoría las llevan los chicos, combinadas con sombreros de pescador -también conocidos como 'bucket hats', un tipo de sombrero más casual urbano y con un rollo de lo más alternativo-. Esto empieza a llenarse, vamos a intentar pillar algo de beber. Me cruzo con unos chicos vestidos de marinero, por cierto con mucho 'twiss'; me llama la atención el tatuaje que llevan en el brazo, un Popeye pequeño, y detrás de ellos unas chicas muy pin-up de rojo y rayas marineras, turbantes y faldas cortas con volantes y godets, muy bien tematizadas con muy buena onda.
Llevo unos cien metros recorridos y no he parado de saludar a gente que hacía tiempo que no veía, en el escenario uno de los grupos ya está tocando, la gente no para de hablar pero yo vuelvo con mi grupo de amigos, quiero bailar y ver la actuación. Lo de hablar, para otro día. Abrimos una mochila y un mini bolso que lleva Mar, no puedo faltar el 'brilli brilli' en un festival, y todas las caras han pasado por él. Por cierto, poco se habla de las pulseras de los festivales; hay gente que las colecciona como si fueran trofeos y no se las quita en todo el verano.
A mi lado hay unos chicos vestidos con mono pantalón short y calcetines hasta la rodilla, chicas con minivestidos dorados. Este año no iré a California, pero ni tan mal aquí en Valencia. Seguimos de festival, recopilando momentos maravillosos y preparando el próximo con ilusión, sobre todo los outfits. Los festivales son para disfrutar mucho de la música, repartir amor y felicidad. Recuerdo aquel eslogan de Moschino, 'love&peace'. Y, puestos a soñar, ¿por qué no nos vamos a Burning Man? Un festival donde cada año se reúnen más de 80.000 personas en el desierto de Black Rock en Nevada, donde se construye una metrópolis temporal durante una semana y al final prenden fuego a un hombre de madera gigante.
Todo muy fallero, y sin duda es el más top en cuanto a estilismos y performances; podéis echar una ojeada a las fotos que se publican en su Instagram, son muy divinas. Para este año, la temática es 'animalia', imaginad qué fantasía. Además, dicen que los animales pueden ser reales e imaginarios, míticos y recordados. Pero para eso tendremos que esperar hasta el próximo 27 de agosto, así que vamos a empezar a pensar qué incluir en nuestra maleta y en todo lo que llevaremos. No será fácil, hay mucho nivel pero seguro que estaremos a la altura, y seguiremos hablando de festivales, de bailes y de música. La vida es hoy y hay que vivirla.
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