El de inventor es un oficio que no se aprende en las universidades. Es de esas profesiones para las que tienes que haber nacido. Y ... al conocer a Juan Roca, fundador de Pykrs, queda claro desde el primer momento que vino al mundo para inventar.
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Ya en la universidad, estando de Erasmus, imaginaba un prototipo de gorro que tuviese integrado unos cascos, «porque si tengo que llevar un gorro y unos auriculares, ¿por qué no puedo llevarlo todo a la vez?», sin duda una persona funcional, como imagino que tendrán que ser todos los inventores.
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Juan estudió ADE, y antes de crear Pykrs tenía una startup de productos con control de acceso, pues el emprendimiento, ya sea por fortuna o por castigo, va también intrínseco en el ADN de un inventor.
La idea de la ropa inteligente surgió un día cualquiera a raíz de una conversación, «la industria del automóvil ha evolucionando muchísimo con el tiempo, sin embargo la de la ropa, que es algo parecido a la carrocería de un coche, también nos protege, no ha evolucionado en nada».
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Así nació Pyrks, ropa inteligente que tiene la función de proteger a quien la lleva. No solo en un entorno al aire libre, sino también en las grandes ciudades, en las que la circulación se vuelve cada vez más peligrosa debido al crecimiento de la movilidad.
La primera materialización de esta idea tuvo forma de chaqueta, que si bien nos puede parecer un producto muy innovador, Juan confiesa que «la tecnología por sí misma no es disruptiva, nuestra clave reside en cómo la integramos dentro de la chaqueta». Junto a Rafael Nieto, ingeniero de electrónica y socio de la marca, idearon una chaqueta con un sistema de iluminación activa, calefacción, un sistema de detección de caídas y de aviso de emergencias, entre muchas otras funciones.
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La prenda cuenta con un parche de luz que se termosella a la prenda, haciéndola flexible y 100% impermeable y es tres veces más visible que la tinta reflectante, sin necesidad de luz externa para hacer reflejo, que además genera luz sin hacer ruido. La calefacción está diseñada para producir el máximo calor con el menor consumo posible, pues la chaqueta lleva integrada una batería que tiene una autonomía de más de 24 hrs, en función del uso. El sistema de detección de caídas detecta la desaceleración y rotación y crea un algoritmo que reconoce los accidentes para compartir la ubicación con tu contactos de emergencia.
El siguiente producto en su cartera será una mochila, que incorpora luz, detección de caídas y ventilación en la espalda, para los días más calurosos en las grandes ciudades. Actualmente están trabajando en un sistema de control por voz, que pueda llevarse en la chaqueta, con un control háptico que permita dar indicaciones a través de unas vibraciones, sin necesidad de tener que mirar una pantalla para saber cómo seguir avanzando.
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Esta año entraron a formar parte de Lazandera, lo que les ha ayudado a crecer y a seguir mejorando. Entre Barcelona, Valencia y con la producción en Portugal, han ido desarrollando su negocio que pretende llevar la ropa inteligente al siguiente nivel.
«En un futuro ideal nos gustaría que este tipo de prendas fuese más común entre la gente, no solo de nuestra firma, sino de la industria en general». Su inspiración última es Ironman, y su objetivo hacer que no dependamos tanto del móvil y vayamos mucho más seguros por la vida.
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