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Un joven con americana y camisa de color claro. CEDIDA

Las claves de la moda que llega de Estados Unidos para vestir a los novios (y cómo conseguirlo en Valencia)

Quique Camps se convierte en el asesor de Carlos y Juan para elegir el estilo de los trajes que llevarán en su enlace

Quique Camps

Martes, 14 de mayo 2024, 00:19

Hoy es el gran día, se casa mi mejor amigo. No ha sido fácil llegar hasta aquí, por fin se hace realidad su sueño. Cuando ... me dijo que se casaba me alegré mucho por él y empezamos a preparar la boda del año. ¡Todo un acontecimiento! Somos un grupo de amigos muy numeroso y a todos nos emociona poder compartir un día tan especial junto a ellos.

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El día que me llamó Carlos para darme la noticia me dijo que tenía que ayudarle a organizar su boda: el lugar, la hora, las flores, el catering, las invitaciones… De repente me convertí en su 'wedding planner'. Y yo encantado, nos conocemos desde hace muchos años, y siempre hemos tenido muy buena onda. Carlos es ese amigo con el que hablas de todo, en el que confías, con el que compartes momentos buenos y malos, al que puedes llamar a cualquier hora. Con él, las risas están aseguradas y el buen rollo está servido. Así es mi colega, un buen tío, me siento afortunado de tenerle en mi vida; estoy muy orgulloso de él.

En lo primero que pensé tras recibir el encargo fue en su traje y en el de su chico; los dos querían ir vestidos iguales; ellos son muy 'fashion', y en muchas ocasiones utilizan el 'twinning'; una divertida tendencia muy de moda que nos llega de Estados Unidos y que consiste en vestir igual que tu pareja. Buscamos en algunas tiendas, pensamos en diferentes diseñadores, barajamos distintas opciones, pero al final nos decidimos por acudir a mi sastre para que confeccionase los dos trajes.

La inspiración y la magia para este día, surgió de la boda del diseñador Jacquemus con Marco Maestri. Se casaron hace dos años, fue al aire libre y bajo el sol de la Provenza, todo muy campestre, pero con ese toque 'rural-chic' que tanto nos gusta. Comencé a pensar en su desfile del 10º aniversario, donde las modelos desfilaban sobre una alfombra rosa que se extendía entre las hileras púrpuras para enmarcar sus creaciones. Empecé a recordar todo su mundo creativo y artístico; de repente tenía claro el concepto, de como sería la boda de mis amigos. Siento profunda admiración por este diseñador, por su manera de interpretar la moda, siempre fiel a la tradición. En su último desfile presentado en la Fundación Maeght, situada al suroeste de Francia, vimos una colección de sastrería reinventada, diseños arquitectónicos, pero conservando la esencia de la marca, sencillez y elegancia. La colección «Les Sculptures» es arte y moda.

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Desfile de Jacquemus. JACQUEMUS

Teníamos claro la gama de colores para los trajes: uno en color crudo y el otro en color arena, las americanas son cruzadas de seis botones tipo blazer con pantalones oversize. Los dos novios con camisas blancas, y ambos con corbatas, una en blanco y la otra en color negro, a juego con los pañuelos que lucen en los bolsillos de las americanas; de seda, rematados por un hilo de ganchillo tejido con todo el cariño por la yaya Carmen. Los zapatos son de Ferragamo, en color camel para ambos.

Carlos lleva un reloj Rolex vintage, regalo de su padre y Juan lleva un Luminor Panerai, regalo de su hermano. Los gemelos son de oro, cortesía del grupo de amigos, junto con el coche de alquiler, un Cadillac Deville, en color marfil. Todo muy 'cool'.

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Hoy Carlos y Juan se darán el «sí quiero «en Altea la Vella, en una masía en medio del campo, rodeada de naranjos, limoneros y olivos. La idea era compartir con todos los invitados una mesa larga, infinita; decorada con velas, espigas, y botijos en diferentes tamaños. Las sillas son de enea y la mantelería blanca de algodón. Hay un techo de cañizo decorado con más 500 bombillas; se encenderán cuando anochezca.

Desde aquí se puede ver el mar y la cúpula de la Iglesia más famosa del Mediterráneo, la de la plaza de Altea; las vistas son maravillosas. Ya llegan los primeros invitados, el 'drees code' era cóctel. El acceso a la casa se hace a través de un camino, hay que hacerlo a pie. Y es ahí, donde ya podemos ver los 'outfits' de los asistentes: mucho blanco, algo de negro y colores naturales, gasas y muselinas, vestidos largos y mini. Shorts con tops bandeau, americanas XL, con grandes hombreras, entre las invitadas hay mucho glamur. Algunas, haciendo honor a nuestra fuente de inspiración, han venido con bolsos y zapatos de Simon Porte Jacquemus. Aires de un espíritu libre y romántico en la gama de complementos que envuelven el momento. Tocados y grandes pamelas de rafia, flores en el pelo. Y ese aroma azahar y romero, que se respira en el ambiente,

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Los chicos, algunos con traje en tonos neutros, otros con americanas de solapas amplias, en azul marino o crudo con raya diplomática. Los pantalones amplios, de lana fría o de lino, combinados con corbatas y otros con pañuelos en el cuello; veo invitados con sombrero cowboy. En nuestro grupo, Víctor y Javi se han desmarcado y han optado por la tendencia bohemio-chic con superposiciones de camisa larga y chaleco, foulard y pantalón pijama en tejido de bambula. Ernesto lleva las sandalias de Hermès, le quedan genial. Fiel a su estilo sartorial, lleva un traje de Armani en color vainilla.

Seguiría aquí con vosotros, tengo mucho que contar de esta gran boda, pero falta muy poco para que lleguen los novios y yo también me tengo vestir. Hoy vamos a celebrar el amor, no hay nada más bonito en el mundo.

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