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Cuando las que ya hemos cumplido cincuenta éramos jóvenes, las graduaciones eran un acto académico al que ibas vestida como un sábado noche, algún vestido ... mono, quizá zapatos de tacón, pero nada excesivamente atrevido ni escotado. En principio, la beca en el hombro no pegaba mucho con los vestidos de fiesta. Pero eso era antes. Ahora las chicas van vestidas a las graduaciones como si fuesen de boda: vestidos palabra de honor, con un hombro al descubierto, tacones imposibles y hasta tocados. Y en todos los colores del arcoíris. Pero es que además no sólo se celebra la graduación universitaria. Se celebra el paso de la ESO a Bachiller, el paso de Bachiller a la Universidad y hasta el paso de infantil a la ESO. Vamos, que a los 23 años ya has celebrado por lo menos tres graduaciones. Así las cosas, las firmas de moda han encontrado un filón y cada vez hay más colecciones que se diseñan especialmente para la ocasión.
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Mar Sanfélix, personal shopper del Corte Inglés de Nuevo Centro, tiene tan estudiado el perfil que distingue entre los dos tipos de graduaciones. «En una graduación escolar, estamos hablando entre edades comprendidas de 15 a 18 años, por lo tanto, no deja de tener su punto de formalidad, pero no se viste ni tan serio ni tan estructurado. Ya que las graduaciones empiezan con la primavera, hay que utilizar colores básicos, pero no demasiado estridentes, ya que el complemento acertado será lo que transforme el outfit, para que lleven el punto de luz que necesiten. Como colores más utilizados para estas ocasiones, tenemos el rosa hielo, azul cielo, amarillo hielo, verde hielo, magenta».
Según la experta en moda, las prendas más demandadas para graduaciones a esas edades son los vestidos midi -el largo no es adecuado para tan jóvenes-, con algunos volantes y espalda al aire, monos, pantalones estilo palazzo con partes de arriba asimétricas. «Como tendencia este año vienen más que nunca los monos y los vestidos con estilo cut out».
En cuanto a los complementos, las más atrevidas pueden optar por piezas en colores complementarios, por ejemplo, vestido rojo con complementos en verde, vestido azul con complementos en naranjas o vestido amarillo con complementos morados.
Si hablamos de graduaciones universitarias, el perfil es completamente distinto. «Estamos hablando de edades comprendidas entre 24 años hacia delante. Es una ceremonia más seria y las chicas más adultas. La mayoría de ellas buscan vestidos largos totalmente lisos sin que lleven ningún tipo de print, también monos y uno de los colores estrella es el negro, se sienten con más seguridad y para la ocasión más serias».
En cuanto a los complementos, prefieren algo más discreto y un stiletto antes que una sandalia, salvo que se trate de un mono o vestido largo. «Entonces queda más elegante un zapato cerrado ya que estiliza de distinta manera y alarga figura», explica la experta. El estilo de los vestidos suele ser de gasa con caída y movimiento, alguna espalda al aire, pero como algo muy puntual.
En ambos casos, ya sean graduaciones escolares o universitarias, la 'personal shopper' de El Corte Inglés aconseja hacer un estudio de colorimetría para saber el tipo de piel si es cálida o fría y los colores acertados que deben llevar. «Y también analizar la morfología para saber qué hay que suavizar, potenciar o realzar y con estos datos empezar a trabajar vestidos u otros tipos de prendas para que lleven su propia esencia», añade.
Con estos consejos, elegir es relativamente sencillo entre una oferta de prendas para graduaciones cada vez mayor. The-Are, una de las más conocidas, con tienda en Valencia, ha diseñado una colección especial para las graduadas. Su vestido más vendido es el Almería, de largo midi con escote bardot y nudo frontal, una delicada capa de gasa y de tejido elástico, vendió más de 1.000 unidades en su web en menos de 24 horas. Las que prefieran un dos piezas, tienen el conjunto Carmona, de blusa de nido de abeja con los hombros al descubierto y falda tubo con una abertura por encima de la rodilla.
La tendencia triunfadora en los vestidos de graduación es el color. Hay vestidos rojos con espalda descubierta, azules intensos con capas de gasa y mangas asimétricas y monos de color coral, marrones o kaki.
La diseñadora Cary Fragueiro también apuesta por colores energéticos como el fucsia, verde, rojo y gamas de azules. «Me encantan los vestidos fluidos con espaldas abiertas, asimétricos con accesorios metálicos, y conjuntos de levita abierta y pantalón, siempre con tejidos de alta calidad que dan mucha caída y movimiento a la prenda, como crepes y sedas».
Los vestidos monocolor son la tendencia triunfadora. La firma Lady Pipa, que organizó hace poco un showroom en El sitio de mi recreo y tiene punto de venta en El Corte Inglés de Pintor Sorolla, tiene una colección de prendas en tonos frutales: naranja, uva, cereza y también azules, burdeos, coral… su vestido estrella es el vestido midi con cuello halter y corte asimétrico en la falda con ligero volante para darle movimiento.
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