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Quedan pocas tiendas centenarias en Valencia que conserven el sabor de los comercios antiguos, que mantengan los mostradores y los escaparates originales. La mayoría están ... en el centro histórico y visitarlos es como un viaje en el tiempo. El Ángel de plata es uno de esos comercios modernistas junto al Mercado Central. Mantiene su fachada de madera y los estantes y el mostrador original de 1870. Cuando se fundó, vendía tejidos para sastrería, pero fue evolucionando hacia tejidos de decoración. Ahora es un coqueto espacio con telas para tapizar, cortinas, lámparas, cojines y complementos de esos que dan un toque especial a las casas. La tienda recibió este miércoles el reconocimiento de la Cámara de Comercio de Valencia como comercio centenario, en un acto celebrado en la Lonja al que asistió la alcaldesa Mª José Catalá.
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«El negocio lo empezó el padre de mi suegro, Miguel Navarro», cuenta Ana Real, que está al frente de El Ángel de Plata. «Él entró de aprendiz y se quedó el negocio. Después lo heredó mi suegro y cuando se jubiló, hace veinte años, ninguno de sus hijos quiso continuar, así que yo me ofrecí para llevarlo».
A Ana le encantaba la decoración y está convencida de que con los tejidos se pueden hacer grandes cambios en los espacios sin inversiones fuertes. Entonces comenzó a buscar nuevos proveedores, seleccionando firmas de textiles de nivel medio alto. «Tampoco de nivel muy alto porque esos son los que llevan los interioristas».
Poco a poco, El Ángel de Plata se fue especializando en confección a medida: cortinas, estores, tapizados, pantallas forradas. «El textil tiene muchísima importancia, con un fular, una lámpara y unos cojines cambia completamente la visión de la casa. Los tapizados con estampados tienen una capacidad asombrosa de cambiar los espacios», explica Ana, que es una enamorada de los tejidos. «Una casa se diferencia por los estampados, que son los que dotan de personalidad y color».
En la tienda hay un poco de todo, como en un comercio de moda multimarca pero con firmas de tejidos. «Tengo una amplia selección de estampados de firmas de muchos fabricantes, escojo lo que encaja en la tienda de entre toda la oferta, además como soy creativa voy aprendiendo a forrar pantallas, a hacer complementos a mano como las espardeñas de ganchillo y algo de decoración textil y piezas de barro de alfareros y artesanos», explica Ana.
Las alpargatas están hechas a mano con ganchillo, algodón, tela o tejidos sobre una suela de esparto. «Son ideales para ir a la playa, pasear por la ciudad o darle a tu look un estilo diferente en las noches de verano». Ana se ocupa de darles un toque manual en detalles como las rositas de ganchillo, la combinación de telas y cintas, o los bordados de punto de cruz. Además, confecciona bolsos tipo shopper de tela o capazos de esparto a conjunto con las sandalias.
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