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Si hay una prenda que ha estado en los últimos cien años en los armarios de los hombres esa es sin duda la corbata. Símbolo de la elegancia masculina, de vez en cuando la moda lo incorpora al vestuario femenino. En sus primeras incursiones lo ... hizo para definir una mujer poderosa, que podía conseguir cualquier meta ya conquistada por los hombres. El empoderamiento iba en los años setenta y ochenta por una mujer que representara los valores más masculinos de autoridad y liderazgo firma, así que la corbata fue un símbolo de mujer profesional y con poder.
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Quique Camps
Fue en la temporada de otoño-invierno de 2020, todavía con la pandemia agitando los armarios, la corbata era como una manera de cubrirse, con la camisa bien abotonada, en una época en la que no se nos permitía liberarnos. Pero las cosas han cambiado. Y mucho. La corbata llegó para quedarse en el armario de las mujeres, pero lo ha hecho de una forma mucho más femenina. Lo vimos en el último desfile de Valentino, que se llamó Valentino Black Tie, y en el que la corbata no iba acompañada de trajes, sino de vestidos o faldas con pedrería.
Este otoño, la corbata no es una prenda de trabajo. Ni mucho menos. Pierde toda la formalidad con la que la conocemos para incorporarse a looks mucho más desenfadados que permitirán que este otoño la veamos continuamente en la calle.
Ya sabes, esta temporada no hace falta ponerse un traje para atreverse con la corbata.
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