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Invitados en la inauguración del espacio en el Carmen. CRISKORTES

La firma de gafas con conciencia inaugura local en El Carmen para eventos privados

Luis García Figueres está detras de una marca que ha puesto de moda las lentes fotocromáticas entre los más jóvenes

Sábado, 28 de diciembre 2024, 01:17

La de Luis García Figueres con las gafas es una historia de amor eterno. Es curioso porque ni si quiera él mismo usa lentes y ... confiesa que se revisa la vista constantemente, pero los ópticos siempre le dicen que ve demasiado bien. Que no le hacen falta más allá de protegerse del sol. El futuro ahora lo ve muy nítido, todo y que hace ya más de diez años que decidiera salir a recorrer España vendiendo pares de gafas. Muchas ferias profesionales, muchos diseños y muchas historias que contar después ha dado con una marca capaz de canalizar su creatividad. Valenciano convencido y evangelizador de la cultura de aquí, no es casualidad que su marca se llame Flama, y pocos minutos bastan hablando con Luis para que por su boca salga la palabra Valencia, o 'terreta'. O «la mejor ciudad del mundo».

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Casi doce años después de aquellos inicios como vendedor sin hogar ha nacido Flama Lab, la casa de Flama. «Un espacio donde ocurre todo lo relacionado con la marca- cuenta Luis-, donde está nuestro taller, nuestro laboratorio, el almacén, las oficinas y un 'showroom' para hacer eventos privados tanto con clientes como con nuestros ópticos». Un sitio único al que solo se podrá acceder mediante invitación, en el que tendrán lugar pequeños eventos y muy exclusivos en los que poder conocer de cerca todos los diseños Flama. Y en el primer encuentro a puerta cerrada, más de 150 personas se reunieron para la inauguración de este nuevo local, ubicado en la calle Sanchís Bergón número 5, justo a las puertas del barrio del Carmen. «Teníamos el radar activo buscando un local, pero estábamos siendo muy selectivos, no queríamos mudarnos por mudarnos, sino encontrar un lugar en el que se respirara un poco de magia», comenta el fundador. Y eso es justo lo que tiene este nuevo Flama Lab: no un poco, sino mucha magia.

Un antiguo y profundo bajo con vigas de madera en el techo y espacio de sobra para la creatividad, un espacio que al igual que su marca, combina tradición y modernidad. Este es un salto cualitativo que coincide con un momento de madurez laboral, y que refleja el crecimiento de la empresa, que se está convirtiendo, sin duda, en una de las marcas del momento.

Una comunidad fiel

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Luis y su equipo, formado por el diseñador Paris Koutsavelis y el creativo Abel Torregrosa Gimeno son una fuente inagotable de ideas candentes. Han logrado encontrar un hueco en el mercado vendiendo monturas de acetato con lentes fotocromáticas, y ahora están volviendo a poner de moda entre la gente joven las gafas que llevaban nuestros abuelos. El éxito de Flama pasa también por su habilidad para la construcción de algo más grande: un sólido 'storytelling' con el que han creado un universo alrededor de la firma, y que ha atraído a una comunidad fiel que respalda un producto que realmente lo merece.

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De hecho, uno de los secretos es que ha conseguido poner de moda un producto casi único, en el que no tenía competencia, y conectar sobre todo con un público joven que busca autenticidad. Luis cree que ha sido esencial conectar con esa generación y hacerlo, además, desde Valencia, de forma sostenible. «Es muy importante que haya una conciencia detrás del producto».

Hablando sobre los pasos que vienen ahora, García Figueres confiesa que tienen la mirada puesta en abrir una tienda, en la que venderán gafas de sol y sólo expondrán las de vista, pues si algo tiene claro el equipo de Flama es que la salud visual es un tema serio: «Nosotros nos encargamos del diseño y dejamos el resto en manos de los profesionales la salud óptica», sentencia Luis.

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Sello valenciano

El mundo de las gafas es muy complicado porque compiten firmas de lujo junto a otras más especializadas. Abrirse un hueco, como lo ha hecho Flama, ha sido una muestra de que siempre hay mercado para la innovación y la creatividad.

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