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«Tengo 31 años y desde los 22 empecé a emprender. Me metí en proyectos como patentar unas zapatillas, durante la pandemia saqué un proyecto ... de mascarillas homologadas que se podían personalizar, luego hacíamos unas cajas sorpresa en las que el cliente podía personalizar todos los productos que teníamos en cartera». Así que crear una firma de gorras parecía un paso más, porque a Ángel Marín, que no para quieto, siempre le gustó el mundo de la moda. Aprovechó que en el mes de febrero se rompió el peroné para poner en marcha, con un amigo, la firma de gorras. «En dos meses lo tuvimos, y la idea era comenzar por gorras porque venía el verano y sabíamos que lo que más se lleva en verano, para el público al que estamos enfocados, es la gorra». Pero no una gorra cualquiera. El humor y el cachondeo forman parte de la filosofía que ha querido imprimir Ángel Martín a la marca, jugando con palabras como 'balenciana', 'jaleo' o 'karma'.
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¿Por qué elegiste esas palabras precisamente?
Decidimos bordar en las gorras, que tienen un aspecto vintage, palabras que eran comunes entre el público al que vamos dirigidos, jóvenes entre 18 y 25 años. Lo de 'balenciana' ya estaba de moda por el juego entre valenciana y Balenciaga, y además estuvimos viendo qué palabras eran más 'trending topic' en ese rango de edad.
¿Por qué te enfocaste a jóvenes de la generación Z?
Yo soy dj, y como tengo a mucha gente de esa edad en redes sociales, nos resultó muy fácil hacer un estudio de mercado en esa franja. Llevamos una semana y media y hemos vendido 84 gorras, y ya tenemos más pedidos para la próxima semana.
Ángel Marín en realidad estudió Administración y Finanzas, y tiene junto a una socia, una agencia de modelos de la que ejerce como director financiero. «Ella es la que se encarga de contactar con clientes y modelos». Así que con el tiempo libre que tiene, este emprendedor decidió emprender «por las tardes. Me podía haber quedado quieto en casa». El objetivo de Ángel Marín es que la marca 'Mamoneo' la conozca la gente, a través de influencers, centrado en un público «que le guste el desenfado, ser informal, y que se atreva». Y acabar el año ampliando el número de prendas con camisetas y sudaderas para el invierno.
Este joven es consciente de que el mundo de la moda no es fácil, pero tiene claro que emprender, al empezar, uno tiene miedo, sobre todo «porque la sociedad actual nos da a entender que hay que invertir mucho dinero, que es muy complicado, pero yo creo que una vez te lanzas, es más fácil de lo que te puedes imaginar: no hace falta ser rico ni tener mucho dinero, sólo hay que atreverse, sobre todo a hacer lo que uno le gusta. Yo siempre animo a quien me pregunta que si quiere, que lo haga. Eso sí, hay que tener mucha constancia y sobre todo ganas». Ángel Martín reconoce que le echa muchas horas, no sólo tardes y noches, también fines de semana. «Es un trabajo sin horario, pero me motiva. Sé que cuanto más tiempo le emplee más probabilidades de ganar dinero y de que funcione tengo».
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