Sara Bonillo
Jueves, 9 de marzo 2023, 21:08
Hay diferentes motivos por los que admiro a una persona, e Idoia Cuesta reúne todos ellos. Especialista en cestería contemporánea, graduada en Biología y con un máster en trabajo y esfuerzo. Cuando le preguntas acerca de su profesión sólo le sale una palabra: crear. Experimentar ... e innovar con diferentes técnicas y materiales es lo que más le gusta a esta artesana moderna y lo que hace que la pasión por su trabajo siga intacta. Una mujer transparente, que no esconde ningún misterio y que abraza cada día como si fuera el último. No cree en la suerte, pero sí en la constancia y el destino, que siempre te llevarán al lugar indicado.
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Aunque se formó como bióloga y se especializó en zoología marina, Idoia Cuesta siempre quiso estudiar Bellas Artes. «Todo el mundo me decía que era una carrera que no tenía salida, así que hice biología porque era mi segunda opción», indica la artesana. Actualmente, no se arrepiente de haber tomado esa decisión y asegura que toda esa formación recibida le está ayudando mucho ahora a la hora de crear y experimentar con los tejidos.
Viajó a Galicia para realizar su tesis doctoral y fue ahí donde su vida dio un giro de 360º. «Por casualidad o por el azar el mundo vi que había un centro de artesanía y diseño en el que me podía empezar a formar», indica Idoia. Tras participar en varios cursos de tejido descubrió la que era su verdadera vocación y pasión: la cestería.
En sus inicios se dedicaba a la cestería tradicional, pero después de acudir a varias ferias nacionales se dio cuenta de que en España la gente no valoraba su trabajo. «Había mucha competencia por la cestería importada», explica Idoia. «Hay algo que tengo que cambiar», se dijo a sí misma. Fue entonces cuando empezó a experimentar con las técnicas de la cestería tradicional, pero con diferentes tejidos. «Presenté esa colección en las ferias de mi entorno, pero la gente no entendía mi producto, no le veían el uso tradicional de los cestos», detalla la artesana.
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Posteriormente, la fundación de artesanía y diseño de Galicia le dio la oportunidad de asistir a unos programas de internacionalización y mostrar sus colecciones en ciudades como París, Estocolmo o Frankfurt y eso le ayudó a comprender que existe más mundo que Galicia. A partir de ahí su mirada se abrió. «Sobre todo, cuando fui a París y vi que la gente valoraba mi producto, se interesaban y ponían en valor todo el trabajo que había detrás. Ahí me di cuenta de que, aunque mis piezas no encajaban aquí, podían hacerlo en otros lugares», comparte Cuesta.
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El color rojo guarda un significado muy especial para ella y se ha convertido ya en una especie de amuleto de la suerte. «La colección Pandeira con la que gané el Premio Nacional de Artesanía en 2014 era roja y la pieza con la que el año pasado conseguí el Premio Nacional de Galicia también era de este color», explica la mujer. Digamos que el rojo es el color que representa la pasión, la magia y el amor que siente por este oficio.
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Lo que Idoia quiere demostrar ahora y lucha por conseguirlo es «demostrar que la cestería no es sólo hacer cestos», afirma la mujer. Quien explica que esta también «puede estar en un interior decorando una pared, haciendo separadores de ambiente o instalaciones en el techo». Para ella ahora ese es el camino a seguir.
Actualmente las fibras vegetales y todas las técnicas de tejido están en auge y casi todas las marcas están buscando dar ese toque de calidez a sus tiendas con las fibras naturales. De ahí han surgido las diferentes colaboraciones, algunas para firmas nacionales como Adolfo Domínguez, Sara Coleman o Zara Home, y otras para marcas internacionales como Loewe. «Por eso siempre insisto en que hay que ser un referente para que la gente joven vea que aprendiendo un oficio se puede llegar a muchos proyectos con los años. Hace falta formarse en oficios», insiste.
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Cuando Idoia decidió ser cestera la gente pensaba que había perdido la cabeza. Parece que en estos momentos si dices que eres cestera o ebanista la gente sigue sin considerarlo un oficio válido. Por ello hay que apostar para que haya esa formación en oficios. «Hay muchísimas escuelas en diferentes países y aquí en España la gente todavía no ve bien los ciclos formativos en las escuelas de artes aplicadas. Yo creo que ahora mismo estamos impulsando todo eso y hay que seguir reivindicando esa formación», indica la cestera, quien agradece a la Escuela de Arte y Diseño de Barreira de Valencia que sea la única ciudad que haya apostado por realizar el único máster de artesanía contemporánea España y que hayan contado con ella para formar parte del profesorado.
«Cuando me lo propusieron para mí fue un honor, acepté al momento», cuenta emocionada Idoia, quien vio en esto una oportunidad increíble de formar gente que tuviese diferentes visiones ya no sólo en técnicas de cestería sino también de joyería, vidrio o cerámica. Para Idoia Valencia es la ciudad del talento. «Fue nombrada el año pasado capital mundial del diseño y es un referente con la cerámica de Manises», indica. «Creo que hay aquí un caldo de cultivo increíble para formar a toda una generación de gente artesana», afirma la artesana.
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Ahora los jóvenes lo tienen todo mucho más fácil. «Ya me hubiera gustado a mí cuando empecé tener toda la formación que tienen ahora», explica Idoia. Ahora hay cursos de emprendimiento que te guían y apoyan, se han consolidado las tecnologías y ahora es todo mucho más fácil. «A mí en la vida se me habría ocurrido utilizar moldes hechos en impresoras 3D y ahora los estoy utilizando. Yo creo que ahora el mundo está ahí, en la tecnología y la gente joven lo que tiene que hacer es seguir formándose», explica la artesana.
Si les tuviera que dar un consejo a todos esos jóvenes que tienen ahora las mismas dudas que tuvo ella en su día lo tendría claro: «Lo más importante es rodearte de gente que te apoye, formar equipo desde el principio porque solo no se llega a ninguna parte e insistir. Las cosas nunca van a salir a la primera, pero eso te ayuda a mejorar y aprender de los errores». «La vida no es una carrera por ver quien llega más lejos, al final lo importante es hacer equipo para ser mejores juntos», concluye.
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