Cuando era una niña, Sara Omatos se quedaba embelesada mirando los escaparates de novias en Logroño, su ciudad natal. «Me imaginaba probándome los diseños y ... admirando los detalles, los bordados, la pedrería. Es cierto que siempre fui muy romántica, y desde bien joven siempre me imaginé casándome con alguno de mis diseños».
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Persiguiendo su sueño, se vino a Valencia a estudiar diseño de moda y acabó abriendo una pequeña tienda de vestidos de novia a medida con modelos de otras firmas. La tienda Cásate conmigo tuvo bastante éxito, pero Sara todavía tenía un reto por cumplir: diseñar sus propias colecciones.
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Fue hace tres años, en plena pandemia, cuando abrió su taller en Valencia. «Diseñé una propuesta de veinte vestidos de novia que fueron un homenaje a las veinte mujeres más importantes de mi vida, mis musas. «Fue una colección dedicada a mis amigas, que siempre han estado a mi lado: Silvia, Begoña, Mayte, Sonia, Isabel, Mamen, Lucía, Jenny, Pepa, Concha, Luisa, Yolanda, Pureza, Mónica, Dolores, Manoli, Sara, Laura, Amparo y Carmina. Ellas han compartido mis sueños y siempre me han apoyado. A cada una le regalé las imágenes de su vestido y una ilustración», explica la diseñadora. «La colección tenía una carga emotiva en la que cada tejido trataba de evocar sentimientos: guipur, crepé, bordados hechos a mano, satén…», cuenta Omatos. A esta primera colección le siguieron tres más: Vida, Lluvia de Estrellas y la última, Mediterráneo, que se inspira en figuras míticas y poderosas, de Atenea a Afrodita.
Los vestidos de novia de la firma son completamente personalizables. «Comenzamos por una primera entrevista donde vemos las ideas de la novia, su inspiración y lo que necesita. Luego tomamos sus medidas precisas y comenzamos el proceso de diseño». Cada detalle del vestido, desde la elección de telas hasta los adornos y las siluetas, se personaliza con las preferencias de la novia, y se realiza a medida, lo que permite que sean como una segunda piel para la novia, permitiendo libertad y comodidad.
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La otra característica de sus diseños es la versatilidad, que permite que un mismo vestido se transforme en tres jugando con los sobrevestidos, las mangas, capas y faldas desmontables.
«Disfruto imaginando, diseñando y dando forma a mis propios diseños. Un trabajo artesanal que es producido en nuestro propio taller y tienda de novia en Valencia y Madrid».
Sara está convencida de que hay tantos vestidos como tipos de mujeres, como gustos y como siluetas. «Mi objetivo es que la novia se sienta poderosa y romántica a la vez».
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