¿Hay algo que les guste más a los jóvenes que ponerse a rebuscar joyas escondidas entre centenares de prendas de segunda mano? ¿Encontrar esa ... camiseta que le devuelva a los años 2000, que seguramente ni siquiera vivieron en primera persona porque todavía no habían nacido? Si, además, la ropa se compra al peso y la experiencia se completa con una cerveza gratis, el plan es completo.
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Gustavo Maldonado es CEO de La Perxa, y lleva veinte años en el mundo de la moda. Gracias a su ojo experto, La Perxa se alimenta de las prendas que adquiere en Estados Unidos, Inglaterra y Holanda, buscando siempre adelantarse a las tendencias y conseguir piezas que sea complicado encontrar en el mercado español. «Ahora han vuelto los 2000, así que regresa Y2K, Britney Spears y las Spice Girls con sus faldas de tiro bajo, los tops y las camisas a rayas».
La forma en que La Perxa vende su género es a través de tiendas efímeras, llamadas pop-up. Desde este viernes y desde las 11 hasta las 20.30 horas de hoy, sábado, se han ubicado en la Escuela de Ruzafa, en la calle Dénia, para posteriormente marcharse a otra ciudad. «Hemos estado en Madrid, Alicante, Barcelona... El objetivo es trasladar la moda vintage, circular y sostenible a un precio competitivo en determinadas prendas que no siempre se consiguen».
Con un público predominantemente joven, Gustavo se ha dado cuenta de que cada vez más hay gente de mayor edad en la que va calando la compra de prendas de segunda mano, que van dejando atrás esas reticencias que han existido entre la generación boomer, que no está tan acostumbrada a ponerse ropa que hayan usado otras personas con anterioridad. Así que aunque su público mayoritario son chicos y chicas de 20 y 30 años, también se acercan de 40 o 50. «En Madrid nos hicieron una entrevista en la televisión y al día siguiente teníamos a grupos de mujeres de setenta años encantadas de volver a ver prendas que utilizaban en otras décadas». La nostalgia funciona muy bien en estos casos.
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Cree además Gustavo Maldonado que la compra de ropa al kilo puede salir más barata que si se adquiere de forma individual. «Una camisa de Ralph Lauren puede estar entre 25 y 30 euros en el mercado de segunda mano. Aquí, como pesa unos 200 gramos, sale a unos ocho euros como máximo», explica. Un kilo de ropa se vende a 35 euros.
Aunque reconoce que en España no hay tanta concienciación del uso de ropa de segunda mano como en otros países europeos, Gustavo asegura que es un mercado imparable que crece sin parar y que ha venido para quedarse.
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