Cómo la moda de baño cambió la vida de Marina Tíscar

«Allí aprendí todo lo que en la carrera no se puede estudiar, el interior de una empresa de moda, los departamentos que la conforman y el trabajo y sacrificio que se hace día a día». Al acabar las prácticas, le ofrecieron seguir en la empresa como diseñadora. «No pude decir que no, era una gran oportunidad, pero al mismo tiempo decidí aprender patronaje industrial en la academia de diseño Andrespert para mejorar y aumentar los conocimientos que tenía de la universidad». Precisamente a través de la Academia le surgió la oportunidad de apuntarse a un concurso nacional de diseño de moda de baño, en el que acabó ganando el primer premio. Fue el empujón de confianza que necesitaba para irse a Madrid, comenzar un máster para el que consiguió una beca y crear su propia marca: Emmete Brand.

La firma tiene ropa de baño y también una pequeña colección de fiesta que prácticamente está agotada en su web. Son prendas juveniles, frescas y que siguen las tendencias. «Suelo pensar en mí a la hora de diseñar. Más que nada porque al final la firma es una extensión mía. Y por tanto, diseño prendas que se identifican conmigo y con mi personalidad», explica la diseñadora, que aspira a que su firma acabe siendo reconocida y valorada. Como suele ser común en firmas jóvenes, las prendas de esta diseñadora son sostenibles, hechas a mano y defensoras del slow-fashion.

Marina compagina su propia firma con el trabajo como diseñadora en la empresa Sepiia, una marca de moda muy conocida por sus famosas camisas que no se manchan, no se arrugan, son antiolor y transpirables. Por ahora, las colecciones las produce en casa. «En un taller que tengo lleno de telas, hilos y patrones, pero sobre todo, miles y miles de ideas que desean ver la luz a través de mis prendas».