![Momikigai, el taller de ropa de niño que renace de la dana gracias a una bolsa viral](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/08/Imagen%20de%20WhatsApp%202025-02-08%20a%20las%2013.03.57_b7bff0e3-k4MB-U230749346737BeF-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Momikigai, el taller de ropa de niño que renace de la dana gracias a una bolsa viral](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2025/02/08/Imagen%20de%20WhatsApp%202025-02-08%20a%20las%2013.03.57_b7bff0e3-k4MB-U230749346737BeF-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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«Aquel día mi marido y yo teníamos entradas para ver a los Secretos en el Olympia de Valencia. Vivimos en Catarroja, y ya nos ... habían llamado del colegio para que fuéramos a recoger a los nenes, pero no nos dijeron que no nos moviéramos, así que por la tarde dejamos a los niños en casa de mis padres en Valencia y nos fuimos al teatro». Allí mismo Patricia Fernández y su marido, como el resto del público que disfrutaba del musical, recibieron la alerta de las 20.11 horas. «La gente ni se inmutó, pero nosotros nos salimos, empezamos a llamar a los vecinos para ver por dónde iba el agua…». Lo vivieron, con angustia, de lejos. «Fue tremendo vivirlo en la distancia». Cuando pudieron volver y levantaron la persiana de su negocio el escaparate se había roto, estaba todo por el suelo, completamente destrozado. Las máquinas de coser, el láser de cortar madera, las telas, los materiales… Patricia Fernández lo perdió todo aquel 29 de octubre.
Esta valenciana echa la vista unos años atrás, cuando trabajó en banca, en marketing y comunicación, en la universidad… «Hasta que un día decidí que yo quería emprender, que para eso había estudiado Empresariales».
Las manualidades siempre le habían gustado, y aprendió a coser, así que vio la oportunidad de ser feliz con lo que hacía. «Siempre se me han dado bien las cosas hechas a mano, y al tener hijos piensas en hacer cosas para niños. Mi sueño siempre fue tener una pequeña tienda taller». Así nació Momikigai, una palabra que salió de la unión de madre e 'ikigai', un concepto japonés que tiene que ver con el hecho de tener un propósito en la vida, la razón de ser. «Antes de dejarme el trabajo ya cosía, inventaba cosas diferentes, regalos personalizados», cuenta Patricia, que abrió con mucha ilusión un negocio que ahora intenta volver a ver la luz. «En un primer momento decidí que no iba a seguir. No soy de Catarroja, toda mi familia está en Valencia y lo único que pensaba es si me volvía a ocurrir. Que en estos dos años desde que abrí ni siquiera había comenzado a tener beneficios». Pero Patricia ha recibido tanto cariño que ahora está metida de lleno en la reforma del local para volver a abrir la persiana a mediados de febrero.
Mientras tanto, decidió la manera de hacer algo para ir recaudando fondos que le permitieran sufragar los gastos. «Se me ocurrió hacer unas bolsas con unos dibujos relacionados con la dana, y el éxito fue tal que en Navidad tuve que cerrar la venta porque no daba abasto. Ahora me están pidiendo que haga sudaderas, camisetas… Aunque lo que yo quiero es volver a mi actividad. A la ropa de bebé, a los regalos personalizados, a los detalles por los que ya se había dado a conocer.
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