El peluquero que tenía ganas de comerse el mundo

Cuando Daniel Gallego apenas levantaba tres palmos del suelo ya andaba por la peluquería de su padre ayudando en lo que podía. No es que le gustara especialmente el mundo que tan familiar resultaba para él, quizás porque todavía era muy pequeño para tomar una decisión. Pero su padre, que quizás le conocía más que él a sí mismo, fue metiéndole el gusanillo dentro. Y lo hizo a través de esa competitividad innata que le ha acompañado, y que ha potenciado por una hiperactividad que no le permite parar en ningún momento, y que sufre en mayor medida su pareja, Mari Carmen. «El día tiene 24 horas, y ella es a la que más tiempo le quito», se disculpa el estilista valenciano, que acaba de ganar el premio que le reconoce como el mejor profesional en el mundo de la peluquería masculina del mundo.

Si este premio sirve para algo, es quizás para hacer balance y ver el camino recorrido durante todos estos años, en los que Daniel Gallego ha encontrado una meta en su vida, el ser cada día mejor profesional. Todavía se acuerda de aquel día, con sólo trece años, en el que hizo su primer corte de pelo sin que su padre tuviera que revisarle. A partir de ahí, le motivó a ser cada día mejor, a avanzar, a plantearse retos más complicados, a presentarse a certámenes. «Y por ahí, por la competición, supo despertar en mí el gusanillo de la peluquería».

Daniel Gallego reconoce que ha perdido la cuenta de los premios que ha ganado en estos veinte años desde que hizo su primer corte solo, unos galardones que le generan un esfuerzo adicional al hecho de abrir todos los días la persiana de su peluquería en la Gran Vía Ramón y Cajal. A cambio, los reconocimientos le han dado una visibilidad en el sector que le han permitido convertirse en formador, dar charlas, hacer demostraciones, convertirse en jurado, y ser tenido en cuenta en un mundo, el de la peluquería, donde hay muchísimos profesionales muy buenos.

También en su propia peluquería, convertido en el lugar donde se cortan el pelo futbolistas, influencers, actores, celebrities, políticos... Estos días, tras conseguir el reconocimiento mundial, reconoce que el teléfono echa humo. Pero no ha sido fácil conseguir este premio, el International Visionary Award, que creó el mítico estilista Toni Rizzo. «Había que presentar una colección y se decidían los 17 finalistas. Una vez clasificado, había que inspirarse en una palabra, tapiz, y una frase, en la que hablaba de entrelazados y gamas de colores, para crear un estilo que incluyera maquillaje, vestuario, peinado...

Daniel Gallego se ha preparado durante mucho tiempo para poder conseguir un reconocimiento mundial. «No se trata de algo que pueda conseguirse en un año, comenzando de cero, es un premio a una trayectoria en la que he ido probando y practicando sin parar». Además, si lo piensa en frío, quizás ni siquiera se presentaría a este tipo de certámenes, que cuestan mucho tiempo y recursos económicos, pero Daniel Gallego asegura que estas decisiones se toman con el corazón, por tener una meta y estar en constante evolución. De momento, la alegría que se ha llevado su padre, orgulloso de la trayectoria de su hijo, ya vale todo el esfuerzo realizado.

Gallego ha querido agradecer además a todo su equipo, «desde mi mano derecha Alberto Palau, María de la Casa, Arantxa Garrido y demás compañeros de la peluquería que trabajan día a día conmigo, a los formadores que han estado apoyándome durante todo el recorrido, desde mi padre, que fue el primero, hasta la última formación que he dado». También a su pareja, quien más sufre las ausencias, y que ha entendido que su compañero de vida no puede parar quieto.

Y si le preguntan sobre el futuro, reconoce que su agenda está repleta de eventos porque Daniel Gallego se escribe con mayúsculas en el mundo de la peluquería masculina mundial.

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