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Francis Mandingorra lleva más de veinte años luchando por mantener la persiana levantada de una tienda de ropa de fiesta en Benetússer. Hasta el pasado ... 29 de octubre. Esta mujer enamorada de la moda, que se había especializado en vestidos de fiesta, vio cómo en unas horas el local quedó completamente devastado por el agua. «Alcanzó los 1,30 metros y las pérdidas ascienden a más de 400.000 euros en género», lamenta Francis, que todavía no ha podido volver a abrir la puerta del negocio debido a los graves daños sufridos.
Así que Francis decidió ponerse en marcha a través de las redes sociales para pedir ayuda, para alzar la voz no sólo por el estado de la tienda, sino también para que no se olvidara la gran cantidad de locales comerciales que todavía luchan por volver a abrir y recuperar una normalidad que todavía está muy lejos. Y como cualquier ayuda es bienvenida, estuvo presente en una iniciativa de la Mediterranea Fashion Week para ayudar a las empresas de moda afectadas por la dana, y también sigue vendiendo online y en su tienda junto al Carrefour de Paterna.
Lo que además se ha sabido esta misma semana es que la Reina Letizia se ha convertido en uno de sus mejores altavoces. Un vestido que quedó prácticamente inservible, que llegó a Zarzuela lleno de barro, tal cual se lo había encontrado Francis, ya forma parte del armario de la monarca. «Cuando se pusieron en contacto conmigo los estilistas de la Reina Letizia pensaba que era una broma», cuenta la afectada.
La primera vez que la Reina Letizia se puso el vestido fue precisamente en el funeral de Estado que se celebró en la Catedral de Valencia el pasado 9 de diciembre. En aquel momento no trascendió cuál era la procedencia de aquel diseño negro, que ha vuelto a lucir este jueves en el concierto en homenaje a las víctimas del terrorismo en Madrid. Ahora sí, Francis Mandingorra ha dicho, alto y claro, que ese vestido salió de su tienda el pasado mes de noviembre y todavía no se puede creer que la Reina Letizia ya se lo haya puesto dos veces, en una clara llamada de atención para que nadie olvide lo que ha pasado en Valencia.
No es la única prenda que esta semana ha lucido la Reina Letizia con origen en alguna de las firmas damnificadas por las inundaciones del pasado 29 de octubre. En la inauguración de la última edición de la Feria Arco, la reina lució unos pendientes de la marca Singularu, firma que ha incorporado a su joyero después de que sufriera los efectos de la dana. El modelo que se ha puesto en esta ocasión está elaborado en latón bañado en oro de 18 kilates.
La compañía fue fundada en 2014 por los emprendedores Cristina Aristoy y Paco Tormo y se incubó en Demium Starups como una marca que nació en un entorno digital y con los años ha ido creciendo con 63 tiendas físicas repartidas por toda España. Aquel 29 de octubre su almacén en Picanya quedó devastado, y también una de sus tiendas, ubicada en Bonaire, otro de los puntos afectados por la catástrofe.
La Reina Letizia ha apostado también por un diseño de una tienda de Algemesí, Mía Moda, así como otras dos firmas de joyería, Boira Glass y Sure Jewels, demostrando a través de sus estilismos que ella no olvida a los valencianos.
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