Las camisetas de fútbol triunfan en el street style

Puede que Pilar Rubio, Georgina Rodríguez o Alice Campello tengan algo que ver, y es que desde que las hemos visto luciendo las camisetas deportivas de sus chicos, éstas han pasado de ser una prenda deportiva exclusiva para hombres, a ser una de las prendas más aclamadas del momento.

Pero esta no es la primera vez ni será la última que el mundo del deporte hace su invasión en el de la moda. «De alguna manera siempre ha existido el gusto por la ropa deportiva. Antes se centraba en todo lo que venía de América (beisbol, baloncesto…); ahora viene de algo mucho más europeo, centrado en la cultura del fútbol», explicaba Marina Bernabé, TikToker especializada en moda vintage a través de sus redes sociales.

Por este motivo, todas las jóvenes ( y no tan jóvenes) rescatan ahora estas prendas del armario de sus abuelos, padres, maridos o novios y las incorporan a sus looks de la forma más original: camiseta de futbol, shorts vaqueros y zapatillas deportivas, siendo éste el look que más triunfa entre la generación Z e incluso algunos millenials.

Ahora ya no hace falta ir al estadio para vestir la camiseta, ni siquiera conocer el equipo del que la llevas probablemente; pero hay un florecimiento de la cultura hincha palpable en las dinámicas culturales y comerciales actuales.

La prenda en cuestión se ha colado también en el armario de las celebrities que no tienen ningún vínculo de relación con el mundo el deporte, como Kendall Jenner, que en varias ocasiones la hemos visto paseando con una camiseta de los Chicago Bulls o la misma Rosalía, quien en más de una ocasión ha paseado por Barcelona orgullosa de su equipo, el FC Barcelona.

Esta última tendencia es un gran ejemplo de cómo ha cambiado la transferencia cultural en el sistema capitalista actual, en el que la moda se difunde tanto hacia arriba como hacia abajo en la jerarquía social. La gente de a pie ya no quiere llevar la ropa de los más ricos, sino que ahora la clase trabajadora y otros grupos sociales influyen en sentido inverso y se convierten en modelos de referencia para los nuevos ricos.