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Isabel Sanchis y Hannibal Laguna han ofrecido este viernes una lección de costura clásica en la segunda jornada de la Mercedes Benz Fashion Week, la ... pasarela madrileña. No es casualidad que desfilasen el mismo día y en sesiones consecutivas, Sanchis cerca de la una del mediodía y Laguna pasadas las dos. Ambos diseñadores comparten una visión hiper femenina de la mujer y unos vestidos de alfombra roja. Sus desfiles dieron un extra de glamur a una pasarela que ha vivido tiempos mejores. El Cibelespacio, la zona abierta con stands por la que se accede al recinto de la pasarela, lucía bastante desvaída respecto a otras ediciones. Poco público, pocas revistas de moda y poco ambiente.
El desfile de Sanchis podría competir por llevarse el premio a la mejor colección de MBFWM, aunque quizá tenga en contra haberlo recibido hace dos años. La puesta en escena, con la banda sonora de la serie Succession, y un árbol de color lila en el inicio de la pasarela, daban paso a unas modelos muy favorecidas con minivestidos con volumen, abrigos sesenteros y unas carteritas ideales en color malva diseñadas por Lucía Fernández de Castro y que se pueden llevar como cinturón. Una imagen juvenil y sofisticada. El plato fuerte del desfile vino con la serie de plisados realizados con un tejido de doble faz con tanto cuerpo que las faldas parecían jarrones de cerámica. Otras de las prendas parecían directamente inspiradas por maestros como Balenciaga -los volúmenes- o las colecciones recientes de Viktor and Rolf -formas geométricas que sobresalen de la silueta-. Nadie espera de las diseñadoras que innoven sobre la pasarela, sino que sepan interpretar tendencias con su particular maestría en la ejecución, como el micro plisado solei hecho a mano.
Esta edición ha consolidado la trayectoria de la firma, que ha sido asombrosa. De tener un pequeño taller y hacer costura a medida para ceremonia ha pasado a exportar a más de cuarenta países y ser una de las figuras potentes de la pasarela madrileña. Y lo ha hecho en apenas unas temporadas. La primera vez que desfiló en Madrid fue en septiembre de 2020. En febrero de 2023 obtuvo el premio a la mejor colección por una propuesta «seductora, fuerte y poderosa, en donde los tejidos y formas muestran la unión entre la artesanía tradicional y las técnicas más vanguardistas creando piezas espectaculares». Fue el espaldarazo que necesitaba una firma que ya había conquistado a la mujer valenciana pero que apenas tenía proyección en España. Isabel Sanchís y su hija Paula Maiques dirigen un taller con más de cuarenta costureras y siguen trabajando con delicadeza los mejores tejidos con un patronaje muy preciso.
El alicantino Hannibal Laguna, que es de los más veteranos en la pasarela madrileña -desfila desde 2007-, no pudo cerrar este desfile por estar convaleciente de una operación en un ojo. «Nada grave, porque de lo contrario no estaría sentada su madre en primera fila», explicó micro en mano la directora de comunicación de la firma, Clara Courel. Su desfile no será de los más recordados, lo que no significa que su colección no vaya a gustar y se vea en más de una alfombra roja. Presentó una colección muy habitual en él, con mucha seda, gasa y metros de tela, poniendo esta vez el acento en el color. Bautizada como Sunflourish, está inspirada en la primavera, con colores vibrantes como el naranja, rojo rosal, azul dalia, verdes amazónicos y otros afrutados como el piña, el grosella o el pomelo. «Las cautivadoras siluetas femeninas se presentan en tejidos naturales trabajados con la técnica del moulage y bordados con laboriosos procesos artesanales», explican desde la firma.
Sobre la pasarela, Laguna presentó vestidos largos con muchísima caída, faldas voluminosas, cinturas de avispa y hombros descubiertos. Los tejidos, tan lujosos como siempre: paillette, el crepe doble, el tafetán crujiente, la seda en todos sus gramajes y la transparencia cristalina del tul embellecido con bordados y aplicaciones de cristal, pétalos o drapeados de muselina.
La sesión de hoy tendrá otra protagonista valenciana: Dolores Cortés, que desfila con una colección inspirada en los diseños de William Morris y el movimiento Arts and Crafts, es decir, flores, hojas entrelazadas y motivos de aves.
El front-row, las primeras filas de una pasarela, son una proyección de la imagen de marca que quiere transmitir el diseñador. En la primera fila de Isabel Sanchís se vio a la periodista Raquel Sánchez Silva, la modelo mexicana Jaydy Mitchel, las actrices Nerea Garmendia, Clara Alonso y Adriana Torrebejano, la influencer Noelia Bonilla, la modelo venezolana Ninoska Vasquez, la periodista Teresa de la Cierva, Lidia Torrent (hija de Elsa Anka) y Raquel Oliva, mujer del cirujano plástico Jorge Planas. Organizando el sitting -término inglés para referirse a la distribución de los invitados entre los asientos- estuvo la veterana Rocío Bacharach, que ha colaborado con la firma desde sus inicios ayudándola a situarse entre las firmas más prometedoras de la moda españolas. Entre los valencianos, no se perdieron el desfile Lucía Fernández de Castro, Sandra Montalt, el director de la Medirránea Fashion Week, Sergio Puig, con su mujer, Marta Gil, y la diseñadora Elia Cánoves, de la firma Corintia, que tiene una ropa ideal de ceremonia en tallas grandes.
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